Sinopsis: Seis historias independientes que combinan suspenso, humor y violencia.
Esta película sin dudas marco un antes y un después en el cine argentino, se ha convertido en un clásico y de visionado obligatorio y seguramente separará aguas en cuanto a criticas y gustos. Propio de este tipo de películas, hay buenas razones para pensar en que ganan fama de antemano por el "boca en boca".
Independientemente de si el film llega a gustar o no, creo que hay que reconocer que no hay antecedentes de una cinta con temática similar, y si las hay, nunca alcanzaron tal masividad y popularidad: sin llegar a una comparación neta, el argumento que comparten los cortos guarda mucha influencia de las cintas de acción estadounidenses, eso, a mi parecer, la hace despegar fácilmente del resto de los filmes argentinos contemporáneos.
Metiéndonos de lleno en las 6 historias:
El prologo seduce de entrada, nadie puede quedar indiferente ante tal avance, una vuelta de tuerca muy rebuscada y atinada deja perplejo a cualquiera.
El primer sobresalto es la historia del restaurante. La victima en este corto es algo constante que descubrí en el resto: sobreactuación y exageración (mas allá de la obvia tratándose del humor negro de la película). Tenia todos los ingredientes (valga la redundancia) para seguir a tono, pero ni siquiera cuenta con un remate.
Uno de los dos mejores tramos es el de la carretera. Este es el mas acertado y al que mas consonancia encontré respecto a la premisa de "todos podemos perder el control". La increíble actuación de Sbaraglia solo puede ser posible gracias a la construcción de su personaje, acá es "picado" hasta cometer las locuras, hay todo un proceso que conlleva su transformación.
Llega el turno de Darín, consagrado y demás, su secuencia vuelve a pecar en cuanto a la poca credibilidad de los hechos que sirven de excusa para sus actos. Su personaje ya va predispuesto al choque, no es una victima del mismo. Pero reconozco que el giro final salva todo lo anterior.
El otro corto que sí me gusto, sino el mejor. Oscar Martinez y los actores secundarios realmente se lucen, la historia es jugada y comprometida, las mañas que buscan para eludir los problemas suman mucha tensión. Impecable.
El cierre, Erica Rivas se viste de novia impulsiva, algo que no se despega mucho de su famoso personaje en Casados con hijos. La historia empieza prometedora, después sentí que se cayó y no encontraba una forma apropiada de cerrarse. De nuevo pienso que fue muy forzada en cuanto a actuaciones y desarrollo, incluso se alarga sin necesidad.
En conclusión, todo lo que genero fue todo un suceso, pero esta muy lejos de ser la gran radiografía de la violencia actual, tampoco refleja una critica hacia algún sector en especial de la sociedad, y si lo hace, es muy por arriba y sin profundizar.
Puntuación: