[ÚLTIMAS CRÍTICAS] [DRAGSTER-WAVE.BLOGSPOT.COM.AR]

lunes, 14 de noviembre de 2016

CRÍTICA SULLY (2016), POR ALBERT GRAELLS

SISTEMA DE CALIFICACIÓN: ☆ MALA BUENA MUY BUENA EXCELENTE

Sinopsis: Chesley “Sully” Sullenberger es un piloto aéreo que en enero de 2009 se convirtió en un héroe cuando, al poco de despegar, su avión se averió y logró realizar un aterrizaje forzoso del aparato en pleno río Hudson, en Nueva York, con 155 pasajeros a bordo.

“Sully” es el último trabajo como director de Clint Eastwood, y cabe decir que no es uno de sus mejores trabajos, tiene obras como director mejores que “Sully”, pero es una propuesta interesante y que está muy bien.

“Sully” resulta una película interesante porque trata un tema que Eastwood ya ha tratado en otras propuestas como “El intercambio”, y también un poco en “Banderas de nuestros padres”, aunque no de forma tan incisiva. Es el tema del sistema contra el individuo y el individuo frente al sistema, que no es algo nuevo, Frank Capra ya trataba este tema siete décadas antes en películas como “Meet John Doe” o “¡Que bello es vivir!”, pero no es un tema exclusivo de nadie, todos pueden tratarlo, y en “Sully” Clint Eastwood trata muy bien éste tema.

Eastwood explica la injusticia de que el sistema esté por encima del individuo, la injusticia de que el individuo esté al servicio del sistema y no al revés. Y esto no hay que confundirlo con un mensaje liberal, de izquierda. No tiene nada que ver con ser de izquierdas o de derechas, es una cuestión de sentido democrático, porque esto que explica “Sully” es lo mismo que explica “Brazil”, es lo mismo que explica “Gattaca”, es lo mismo que explica “Metropolis”, es lo mismo que explica “Matrix”, es lo mismo que explica “In Time”, es lo mismo que explica “1984”, es lo mismo que explica “Snowpiercer”, es lo mismo que se explica en “Monster” de Naoki Urasawa, es lo mismo que se explica en “Code Geass”. En vez de explicarlo a modo de distopía, en “Sully” Eastwood lo explica en un contexto actual, y sobretodo real, porque no hay que olvidar que lo que se muestra en “Sully” pasó de verdad, igual que ocurrió de verdad lo que explica “Sowden” de Oliver Stone. Esto de que el sistema está por encima del individuo e intenta aplastar al individuo no es algo sólo de distopías, es algo también de la vida real, de nuestra realidad y nuestra actualidad.


Hay que remarcar mucho el tema que trata la película para no confundir, porque “Sully” no es una película sobre el amerizaje forzoso de un avión sobre el río Hudson. La película muestra el amerizaje forzoso del avión pero no va sobre eso, hay que estar atentos al acertado título de la película, “Sully”. Esta es una película sobre el comandante que pilotaba la aeronave y el juicio al que se le somete después del accidente, la película va de eso. “Sully” es un drama personal, humanista, un poco una película de juicios, no una película de catástrofes.

Curiosamente “Sully” es una película bastante telefílmica. “Sully”, con pocos cambios, podría haber sido perfectamente un telefilm de sobremesa. Sustituir los actores principales por actores típicos de los telefilms, quitar las escenas exteriores del amerizaje y las pesadillas y los recuerdos de juventud del protagonista (las escenas en las que más se usan los efectos especiales, impecables, por cierto), montarlo cronológicamente, y el resultado sería un telefilm de sobremesa. Y no es una crítica negativa, al contrario, a mí me apasionan los telefilms de sobremesa, me fascinan, y el guión de “Sully” está tan bien que el resultado no desmejoraría mucho.

No digo con eso que “Sully” sea un telefilm, no es un telefilm, pero podría serlo perfectamente y no por eso sería una mala película, porque el guión es tan bueno que no desmejoraría mucho el resultado en su conjunto por tener una dirección puramente telefílmica. Y el guión es muy bueno porque consigue mostrar épica y grandiosidad con la cotidianidad, pero no la cotidianidad de la burguesía o la aristocracia, como “Lo que el viento se llevó” o “Guerra y paz”, con eso es muy fácil hacer épica y grandiosidad y no tiene ningún mérito. No, la épica y la grandiosidad de la cotidianidad de la gente corriente, gente corriente que ves cuando vas por la calle, el conductor del autobús o la cajera del supermercado, que tienen los mismos problemas que tú, tienen la misma cotidianidad que tú, hasta que un día salvan 155 vidas. Y eso está bien mostrado en la película, porque vemos los problemas cotidianos del protagonista, y son como los de cualquiera de nosotros, y un héroe de verdad, un héroe real, es así. Están muy bien las películas de Spiderman y de Iron Man y demás, con superhéores jóvenes y guapos o multimillonarios y superdotados, pero eso son los héroes de fantasía. Los héroes de verdad, los héroes reales, son viejos y tiene problemas económicos, o son gordos y tienen problemas familiares, o tiene problemas de salud y un trabajo de mierda, pero salvan vidas igual, y son como cualquiera de nosotros, son gente corriente.


El guión muestra muy bien (también Clint Eastwood tanto en el aspecto visual como sonoro, que en la película es muy importante el aspecto sonoro) esa épica que no olvidemos que es de cotidianidad. El momento épico de la película, que sucede en el último cuarto de hora, no sale Tom Hanks levantándose cual Armin exclamando soy un soldado no sé qué no sé cuántos o cual Aragon diciendo que hoy no es ese día y tal y cual. Que están muy bien esas escenas, son muy épicas, pero esa épica está bien para “Ataque a los titanes” o “El señor de los anillos”, que son historias de fantasía. “Sully” no es fantasía, “Sully” recoge algo que sucedió realmente, la película recoge la realidad, y en la realidad no hay la épica que hay en la fantasía, es una épica menos espectacular pero que no deja de ser épica, y que está muy bien construida en base a algo tan sencillo como dos número, 155 y 17, que son muy importantes en el final de la película.

Hay un momento al final de la película, durante el juicio al que es sometido el protagonista por “arriesgar innecesariamente la vida de los pasajeros” (no hago ningún spoiler, es un hecho real sucedido, los trailers ya cuentan buena parte de la película, y el final no es ninguna sorpresa), en que el protagonista simplemente dice “¿Nos ponemos serios, ya?”. Eso es épica, épica de cotidianidad. Habéis intentado joder mi carrera y mi vida por haber salvado 155 vidas, me lo habéis hecho pasar mal durante días, pero hasta aquí hemos llegado, ahora os voy a joder el plan.

No por eso la película es constantemente épica, ni constantemente dramática, catastrófica... no, la película tiene lo justo de épica, tiene lo justo de drama, tiene lo justo de catástrofe, tiene lo justo de película de juicios... ni más ni menos de lo que tiene que tener. Lo mismo ocurre con su duración, sin títulos de crédito finales la película dura 86 minutos y no necesita más, la película no se toma más tiempo del que necesita para contar lo que cuenta.


Eastwood utiliza para contar “Sully” la misma narrativa que usó para contar “Banderas de nuestros padres”, y le funciona porque ambas películas cuentan lo mismo. Del mismo modo que “Banderas de nuestros padres” no era una película sobre la toma de la isla de Iwo Jima sino sobre lo que les sucedió después a algunos de los soldados estadounidenses que lucharon en Iwo Jima, “Sully” no es una película sobre el amerizaje forzoso de un avión de pasajeros sobre el río Hudon sino sobre el comandante que pilotaba la aeronave. Del mismo modo que “Banderas de nuestros padres” explicaba cómo los soldados que sobrevivieron a Iwo Jima les afectó en sus vidas el sobrevivir, “Sully” explica cómo le afectó en su vida al comandante que pilotaba la aeronave el que sobrevivieran él y todos los que estaban a bordo del avión. Como “Sully” no se centra en el amerizaje forzoso del avión, dicho amerizaje, también lo que sucede horas antes y después, está contado a modo de varios flashbacks (como sucedía también en “Banderas de nuestros padres” con la batalla de Iwo Jima), algo muy acertado porque muestra que el amerizaje forzoso del avión no es algo que ocurra en el tiempo presente que narra la película sino algo que sucedió antes, y permite que la película se centre en lo primordial, en lo que quiere contar principalmente.

La dirección es muy buena, no sólo en la planificación visual, los valores de plano y la iluminación, sino también en el tratamiento del sonido, que en la película es muy importante, en “Sully” Eastwood hace un uso muy creativo del sonido, es pieza fundamental de la narrativa de la película, y no me refiero a que se oigan los diálogos, me refiero a efectos de sonido relacionados con los vuelos de avión.

Hay, por supuesto, una muy buena dirección de actores. Eastwood es un muy buen director de actores, y en “Sully” lo demuestra con creces, porque no sólo sabe lo que quiere y cómo lo quiere de los actores protagonistas, sino también de los actores secundarios, de los actores más secundarios y hasta incluso de lo figurantes. Todos los actores, protagonistas, secundarios y hasta figurantes, todos están muy dirigidos y todos lo hacen bien. Cuando un director pone tanto esmero en dirigir incluso a los figurantes, en saber qué y cómo quiere de todos y cada uno de los actores que salen en el cuadro, eso se ve en pantalla. Por supuesto los tres actores protagonistas, Tom Hanks, Aaron Eckhart y Laura Linney, están grandiosos, están soberbios, hacen unas magníficas actuaciones.

“Sully” terminar por resultar una de las propuestas más interesantes y mejor dirigidas en lo que llevamos de año (y llevamos muchísimo de año, a la espera de los últimos trabajos de Mel Gibson y Martin Scorsese), una película estimulante de ver y de cuyo visionado se disfruta mucho por lo bien realizada que está hecha en su conjunto, no sólo en la dirección sino también en el guión, las actuaciones, la música, la fotografía, el sonido, los efectos visuales, etc.

Mi calificación es: