Dirección Frank Darabont
Producción Niki Marvin
Guión Stephen King y Frank Darabont
País Estados Unidos
Año 1994
Género Drama
Duración 142 minutos
SINOPSIS
Basada en la novela corta de Stephen King, “Rita Hayworth y la redención de Shawshank”, el film del versátil director Darabont, cuenta la historia de Andy Dufresne (Tim Robbins), un banquero declarado culpable del asesinato de su esposa y del amante de ésta. A comienzos de 1947, Andy es trasladado al establecimiento penitenciario de mala fama «Shawshank» en (Maine), para pasar el resto de sus días, con dos cadenas perpetuas encima.
CRITICA
Esta es una de esas historias que buscan mostrar como una persona es capaz de lidiar con su propia tragedia, como un hecho puede generar un cambio rotundo en la existencia de alguien, dándole una vida que no deseaba. A pesar de que aparentemente sus propios actos lo condujeran al confinamiento, Andy, el personaje al que da vida Robbins, atraviesa durante la historia un proceso positivo, logrando sacar ventaja de su desdichada situación. Así es como encuentra dentro de la penitenciaría, (un lugar al que nunca consideró como merecido), un grupo de compañeros que veremos cómo, dea poco, van enriqueciendo mutuamente su forzada estadía en Shawshank.
Podemos decir, que, a pesar de tener que pasar por situaciones dolorosas durante su reclusión, el protagonista encuentra algo que, tal vez, fuera de la prisión, libre en la ciudad comercial nunca conoció: la verdadera amistad.
El desarrollo de esta gran historia va a darnos altos y bajos de situaciones buenas y malas, donde una sonrisa se convierte pena y una vida se acaba de un momento a otro. Es posible que esta variación en la narración de los hechos nos den una idea del vértigo de vivir una situación así, donde la única felicidad en la vida de un puñado de hombres pasa por el simple hecho de tener un día soleado que les permita pasar tiempo en el patio…
Este film tiene una particularidad, y es que por momentos nos encontramos no sólo viendo una escena sino que estamos acompañados del relato de Red (Morgan Freeman), que nos va contando la historia desde su mirada.
También vamos a encontrar un buen manejo al momento de hacer más o menos explícitas las escenas de violencia, no sólo por el contenido en sí, sino por el mensaje que transmiten...
Contamos con una película que, entrelazándolos a la vida de Andy, se encarga de contar de manera concreta hechos que tiene que ver con la corrupción y abusos de poder dentro de la Institución penitenciaria que aumenta aún más la desgracia a sus internos, mientras que por otro lado, se trata de equilibrar la balanza mostrando como de a poco, cuando se tiende una mano amiga, no todo puede salir mal.
Sabemos que el tema principal de la narración es el caso de Andy, pero a pesar de esto, la riqueza de la historia da lugar para desarrollar y hacer foco en la vida de los personajes que rodean al protagonista, como es el caso del que se convertirá en su mejor amigo, Red y otros personajes, como el anciano Brooks, figura querida y cercana a nuestro banquero, que dejará una marca en el espectador; así como la llegada de un joven delincuente, que da un giro al destino Andy.
Es notable como se genera un clima de nostalgia, donde el gris de los muros de la fortificación, el frío metal de las celdas y alambrado, sumado a los uniformes desgastados y pálidos de los internos y una tendencia a mostrar días nublados, transmite la sensación de angustia de una vida sin libertad.
Así, los años pasan y vemos como se esfuma la década del ’40, perfectamente representada en los escenarios de la prisión, detalles de indumentaria y todo tipo de objetos y referencias.
Se muestran muchas caras, cada una con un pasado, una historia estancada por un error que los arrastró a una vida de encierro, donde ninguno sabrá si podrá continuar tras esas rejas. Tenerse el uno al otro es el único salvavidas en el monótono correr de los días.
En este caso es cuando entra en juego la relación entre los personajes. A comienzo de la historia, Andy es un recién llegado que debe adaptarse a una nueva vida dentro de la cárcel y se muestra inmutable. A pesar de tener una personalidad totalmente pasiva, este hombre de pocas palabras, pero muy inteligente, lograr llamar la atención de un grupo de personajes, especialmente de uno de ellos, Red, que logra ver en el recién llegado, un nuevo amigo.
Se puede apreciar como los diálogos simples y naturales le dan un efecto de realismo a la convivencia del grupo.
Hay que destacar la gran interpretación de Robbins, que tuvo la difícil tarea de dar vida a un personaje al que le pasan muchas cosas malas, que es testigo de muchas injusticias y protagonista de desgracias, pero que así y todo, siempre se muestra controlado e íntegro. Es esta aparente paz y resignación la que encaja perfecto con una personalidad un tanto más relajada como es la muy bien interpretada por Freeman, siempre tratando de adivinar que es lo que realmente piensa Andy. Algo que descubriremos junto con Red al final de la historia.
Envueltos en un gran número de malos ratos, estos dos hombres logran afianzar una amistad que veremos cómo crece y hace más llevadera su permanencia en la prisión.
Durante el transcurso de la trama veremos pequeños indicios que nos conducen a un final muy acertado. (No spoilers para el que todavía no la vio).
CONCLUSIÓN
Es una excelente elección si queremos disfrutar de un guión con contenido, lleno de mensajes profundos sobre temas como la perseverancia, la superación y la amistad. Un relato bien contado, con un gran trabajo actoral que elevan el nivel de trama, convirtiéndola en una historia para recomendar.
