Sinopsis: El ex boina verde John Rambo (Stallone) lleva una solitaria y apacible vida en la jungla del norte de Tailandia, pescando y cazando cobras para venderlas. Todo cambia cuando un grupo de misioneros católicos le proponen que les sirva de guía hasta la frontera con Birmania para suministrar medicinas y alimentos a los refugiados asediados por el ejército birmano, que ha hecho de la tortura y el asesinato una práctica habitual. En estas circunstancias, Rambo no tendrá más remedio que volver a tomar partido
Stallone vuelve a darle vida a uno de los mejores, sino el mejor, héroe de películas de acción.
Muy lejos quedaron las anteriores entregas, aun así, la trama de esta guarda semejanza sobre todo con la segunda y tercer parte, ya que en ambas el problema pasa por rescatar a alguien prisionero a manos de los enemigos.
Ya establecido como un campesino en la selva, Rambo es solicitado para guiar por el río a un grupo de muchachos comprometidos con causas nobles en ayudar a las victimas de la guerrilla. El grupo es capturado prisionero y un grupo de mercenarios, acompañados luego por John, va a su rescate.
A diferencia del resto de la saga, el conflicto político no toma nada de protagonismo, ni siquiera se halla algún tipo de critica social o moral al respecto, tan solo sirve de excusa para ubicar a los personajes y justificar el porqué de tantos disparos y asesinatos que vendrán mas tarde.
Los personajes que intervienen son mas de lo mismo, muchos clichés con respecto a los mercenarios arrogantes y preponderantes, la chica linda que hay que salvar, etc. Pero es lo que este tipo de cine amerita.
Los años que pasan se hacen evidentes y el aspecto de Rambo dejo de ser aquel de pelos largos y músculos que resaltan: es mas, sorprende lo poco que habla en pantalla, con excepción de unas cuantas frases que demuestran que el espíritu de este personaje sigue intacto. Mas allá de no verlo hacer grandes saltos, corridas, golpes y otras tantas piruetas por cuestiones de edad, Stallone confirma que todavía le queda madera para héroe de acción.
Tratándose de una cinta bélica, los disparos y muertos son infaltables, pero creo que la película hace un abuso casi extremo de esta característica, llevándola a terrenos casi de una película gore. El color rojo tirando a bordo de la sangre que despiden las victimas, con el correr de los minutos va perdiendo credibilidad, lo mismo con los pedazos de cuerpo al impactar las balas y tantos otros efectos especiales. La violencia es espectacular y sobre todo cruda, sin restricciones al reflejar a niños, mujeres y animales muertos. Pese a tanto morbo, reconozco que no se guardo nada y no tuvo pudor en medirse.
Desde el inicio de la saga, la "seriedad" de la trama se fue perdiendo, de reflejar el trato recibido por la sociedad hacia un ex combatiente, las películas de Rambo se convirtieron en simples películas de acción, pero esta película no hace mas que darnos lo que pedimos y cumplir con las expectativas que tenemos de ella: acción, disparos y nada mas que eso, así que cumple con su cometido de entretener y en manos de alguien como Stallone que es garantía absoluta.
Puntuación:
