Sinopsis: El Niño y El Compi son dos jóvenes con ansias de tener una vida arreglada, por lo que deciden trabajar en el mundo del narcotráfico y traer hachís desde Marruecos, atravesando con una lancha los 16 km del estrecho hasta España. La aventura, los subidones de adrenalina, y la codicia por el dinero fácil les llevará a arriesgarse más y a cometer errores que les pone en peligro. El Niño se verá en una situación comprometida cuando se da cuenta de que ha tratado y ha contraído deudas con gente con la que no debería haber tratado ni contraído deudas, y que ya es demasiado tarde para que se eche atrás.
Por otra parte Jesús y Eva son dos agentes de la brigada de narcóticos de la Policía Nacional que llevan dos años tratando de demostrar que la ruta del hachís es el principal coladero de cocaína de Europa. Su objetivo es El Inglés, el hombre que mueve los hilos desde Gibraltar, algo que dificulta el trabajo de los agentes puesto que la policía española no tiene jurisdicción en el peñón. La violencia creciente de las advertencias que reciben les indica que sus investigaciones van por buen camino.
Los destinos de Jesús y El Niño, los dos a ambos lados de la ley, terminan por cruzarse para descubrir que el enfrentamiento de sus respectivos mundos es más peligroso, complejo y moralmente ambiguo de lo que hubieran imaginado.
“El Niño” es un thriller monumental, impecable y emocionante. Se trata de una de las mejores propuestas que ofreció la cinematografía española en 2014, junto con “La isla mínima”, “Magical Girl” y “Loreak”. No es de extrañar tratándose de su director, Daniel Monzón, que ya había dirigido otros dos excelentes thrillers, “La caja Kovak” y “Celda 211”, pero “El Niño” no sólo es su mejor película, sino también la más ambiciosa. Muestra de ello son las espectaculares e impresionantes escenas de acción, rodadas con asombrosa maestría, y la descomunal logística de producción que permite unos escenarios impactantes. Todo eso se llevó buena parte de los 6 millones de € de presupuesto (8 millones de $), aprovechados a más no poder.
“El Niño” es un thriller dramático tan grandioso que no tiene nada que envidiar a los thrillers policíacos de Hollywood, e incluso los supera a muchos de ellos. Por ejemplo, cuando veía “El Niño” quien escribe pensó: Así tendría que haber sido el “Corrupción en Miami” de Michael Mann. El “Corrupción en Miami” de Michael Mann (en la que, por cierto, también ha actuado Luis Tosar) era un lamentable coñazo, era una película aburridísima hasta la extenuación, costó 135 millones de $ y no entretenía absolutamente nada. Sin embargo “El Niño” costó 20 veces menos, y emociona y entretiene al espectador infinitamente mucho más.
La película no sólo entretiene con su interesante historia, gracias a un guión bien trabajado. También ofrece un buen reparto, y unas interpretaciones estupendas. En la película destacan grandes actores como Luis Tosar (“Los lunes al sol”, “Celda 211”, “Mientras duermes”), Sergi López (“El laberinto del fauno”, “Mapa de los sonidos de Tokio”, “Pa negre”) y Eduard Fernández (“Hormigas en la boca”, “El método”, “Alatriste”, “Pa negre”, “La piel que habito”). Los jóvenes Jesús Castro y Jesús Carroza también mantienen el nivel, no lo hacen mal (aunque a Jesús Castro lo eligieron más por su cara bonita, por sus ojos azules y por su parecido a Steve McQueen que por sus capacidades interpretativas, pero Monzón supo conseguir de él una actuación creíble). El toque internacional lo pone Ian McShine, que sin embargo está desaprovechado, pues su aparición se limita a poco más que un cameo.
La música de Roque Baños, la fotografía de Carles Gusi y el montaje de Cristina Pastor se combinan para dotar a la película de espectacularidad y grandiosidad. Sobre todo está muy bien el montaje, que va alternando las dos tramas de la película cuando es necesario y en su justa medida.
En conclusión, “El Niño” es una excelente película, imperdible, de visionado ineludible. Un thriller impactante y emocionante, un drama emotivo y expectante, y una espectacularidad en las escenas de acción como pocas veces quien escribe ha tenido el placer de disfrutar.
Mi calificación es:
