Soy un fan de los X-Men, me he leído muchísimos cómics de los personajes, y me he visto todas las películas muchísimas veces, y nunca me canso de verlas, excepto "La decisión final", que es un vergonzoso despropósito que prefiero evitar. Soy muy fan de los X-Men, me encanta el universo de los X-Men, el mundo de los X-Men, sus historias, sus personajes... por lo que no sólo criticaré las películas como películas en sí sino también cómo fan de los X-Men, tanto de las películas como de los cómics.
“X-Men” es una película… buena, no del todo satisfactoria pero sí digna. El guión es acertado, tiene unas tramas muy bien definidas y entrelazadas, una narrativa bien estructurada, y con unos personajes bien construidos. Sobre todo gusta mucho el personaje de Mística, puesto que es el más definido, y protagoniza algunas de las mejores escenas del film. Rebeca Romjin-Stamos lo hacía estupendamente bien, no sólo en el aspecto físico, que también, sino en los movimientos y en el tratamiento de la voz.
Los efectos especiales están bastante bien, tiene algunos fallos que se podían ver a simple vista, pero para el dinero invertido están bien realizados.
La música compuesta por Michael Kamen resulta emocionante por la fanfarria del principio, que luego John Ottman mejora en entregas posteriores de la saga. La fanfarria que compuso Kamen para “X-Men” es muy identificativa, como la que compuso John Williams para “Superman”, y consigue que el espectador asocie la melodía a las aventuras de los X-Men. Sin esa fanfarria del principio, tan emocionante, la película no tendría la misma fuerza.
“X-Men”, en general, está bien, y tiene escenas que son realmente muy emocionantes, como el prólogo ambientado en un campo de concentración en la Polonia ocupada por los nazis, o la lucha entre Lobezno y Mística. Y las referencias al racismo, la intolerancia y la discriminación dan buen resultado a la película.
Aun así “X-Men” tiene aspectos negativos importantes. El ajustado presupuesto de 75 millones de $ impide mostrar una historia con la grandiosidad de los mejores cómics de X-Men, y eso afecta mucho a los personajes y al escenario en su traslación cinematográfica. El personaje de Pícara, por ejemplo, en los cómics y en los dibujos animados es mucho más poderosa, no es una damisela que tiene que ser salvada, es como el personaje de Emily Blunt en “Al filo del mañana”, una mujer fuerte, valiente, combatiente, y tiene más poderes.
Después está Lobezno, que aquí, y en casi todas las demás películas de los X-Men, es el protagonista, mientras que los demás son meros secundarios. Más que películas de los X-Men, parece que únicamente se han hecho películas de Lobezno en el que se han añadido algunos mutantes para no hacerlo tan descarado.“X-Men” tendría que haber sido como “Watchmen” o “Los Vengadores”, con un protagonismo coral, como lo era “X-Men: Primera generación”. Y Lobezno tendría que haber sido un secundario que primero fuera antagónico, y luego fuera aliado, como Vegeta en “Dragon Ball”.
Luego hay algunos mutantes que deberían estar en el film y no salen, y mutantes que están y no deberían salir. Sapo y Dientes de Sable sobran como esbirros de Magneto. Tendrían que haber hecho que los esbirros de Magneto fueran sus hijos, Mercurio y Bruja Escarlata. Y también deberían haber puesto a Emma Frost.
En cuanto al escenario, “X-Men” hubiese sido mejor si se hubiese ambientado entre finales de los 80 y principios de los 90, en la época de Reagan y el apartheid, hubiera dado la posibilidad de destacar más la temática de la discriminación e intolerancia.
Por otra parte está bien la idea de poner a Jean Grey, Cíclope y Tormenta como profesores de la escuela, aunque creo que hubiera estado bien que, además de añadir a Bestia también como profesor de la escuela, el profesor Xavier y sus profesores reclutaran a mutantes como Iceman, Ángel y Colosus (y Pícara, también, pero con todos sus poderes) como la nueva generación, que fueran entrenados en la sala del peligro y que, junto con los profesores, lucharan contra Magneto y sus esbirros para defender a los humanos. Es decir, que la película fuera más fiel al cómic original en cuanto al grupo de los mutantes. Pero bueno, Singer hizo lo que pudo con lo que le dieron, y se adaptó a lo que tenía intentando hacerlo lo mejor posible.
“X-Men 2” supera mucho a su antecesora, sobre todo por el guión. Las tramas están mejor construidas, y los personajes mejor desarrollados. En general “X-Men 2” ofrece lo que tiene que ofrecer toda buena secuela, más y mejor de lo que había en la anterior entrega.
El protagonismo ya se reparte mejor entre los personajes, y eso está muy bien. En esta película Lobezno es dónde mejor ha lucido en toda la saga, porque tiene unas escenas de lucha salvajes y muy violentas, porque así es su personaje. Y personalmente me parece una gran mejora que Iceman pase de secundario muy secundario en la primera entrega, a ser un personaje casi protagónico en esta secuela. Iceman es mi personaje preferido de los X-Men, y además está interpretado por Shawn Ashmore, que es uno de mis actores favoritos (aprovecho para recomendar encarecidamente “3 agujas”, de visionado ineludible, y donde Ashmore ofrece la mejor actuación de su carrera). Pero el personaje más destacable es William Stryker, interpretado por ese extraordinario actor que es Brian Cox, que borda el papel y ofrece la mejor interpretación del film.
Las escenas de acción son espectaculares, impresionantes, violentas y lucen de maravilla, como el ataque a la Casa Blanca o el ataque a la mansión de Charles Xavier, o la lucha entre Lobezno y Dama Mortal, que es épica.
Aun así “X-Men 2” también tiene defectos remarcables. Aunque cada personaje tiene su momento para lucirse, Rondador Nocturno, Mística, Lobezno y Dama Mortal son los únicos que participan en las escenas de acción y lucha, los demás personajes participan poco en la acción. Ya que le daban más protagonismo a Iceman, podrían haber hecho que hiciera algo más que enfriar un refresco, tapiar un pasillo con hielo o congelar una taza de té. Hubiera estado muy bien más acción por parte de los mutantes jóvenes.
Hay más palabrería de la que debería y no tanta acción como debería, pero en general “X-Men 2” está muy bien, es una película con muchas escenas espectaculares y grandes efectos especiales (esta vez el presupuesto fue de unos generosos 125 millones de $), con mucha más acción y mucha más aventura que en la anterior entrega, con un guión muy bueno y con un buen desarrollo de los personajes. “X-Men 2” no sólo es una digna película de los X-Men, además es satisfactoria.
Luego llegó “X-Men: La decisión final”, que lo mandó todo a la mierda.
En realidad Bryan Singer era quien tenía que dirigir “X-Men: La decisión final”, pero le llamaron desde Warner ofreciéndole dirigir “Superman returns” (estupenda película que yo siempre defenderé), así que en vez de esperarle a que acabara “Superman returns” para que dirigiera él la tercera entrega de la saga mutante, lo que hicieron en Fox fue buscar a otro director para que cogiera las riendas del proyecto.
La Fox buscaba a un director que tuviera la misma buena fama que tenía Singer antes de hacer las películas de X-Men (“Sospechosos habituales” y “Verano de corrupción” ya hicieron popular a Singer antes de que hiciera la primera entrega de los X-Men). El elegido fue Matthew Vaughn, que había producido “Snach: cerdos y diamantes”, y había dejado buen sabor de boca con su ópera prima, “Layer Cake”. Vaughn aceptó, pero a las pocas semanas se bajó del carro porque desde la Fox no dejaban de decirle como tenía que hacer eso, como tenía que hacer aquello, como tenía que dirigir la película, como tenía que bajarles los pantalones y empezar a chupar, etc.
La Fox buscó a otro director, y el elegido fue… Brett Ratner, que ya tenía la fama de pésimo director que ha seguido demostrando desde entonces, sobre todo con “La decisión final”. ¿No estaba disponible… no sé, Martin Campbell, Sam Mendes, Zack Snyder, Ang Lee, Marc Forster, Robert Zemmeckis, Antoine Fuqua, Ron Howard, Paul Greengrass, Pete Travis, John Woo, Andrew Niccol, Zhang Yimou, Paul McGuigan, Richard Kelly, Audrey Wells, Dennis Gansel, Len Wiseman, Robert Redford o Paul W. S. Anderson? Yo me imagino “La decisión final” dirigida por cualquiera de estos directores, y hubiera resultado un film muchísimo mejor conseguido. No sé, aunque algunos de estos no estuvieran disponibles, seguro que los demás sí lo estaban, y daban mucha más garantía de dirigir bien y realizar un film de calidad que no alguien con mala reputación y evidente mala práctica como Brett Ratner.
La Fox le dio carta blanca y 150 millones de $ a Ratner para que la cagara de la forma más desastrosa posible. Yo no lo entiendo, el estudio ata las manos a los buenos directores, y a los pésimos directores les dejan vía libre para que hagan porquerías como tanques.
El guión, ya de por sí, es horrible, con unos diálogos que son de vergüenza ajena, con unas tramas muy mal estructuradas, y con un confuso desarrollo de los personajes. No es de extrañar, puesto que en el estudio hicieron 27 o 28 versiones del guión, ninguna les convencía, así que como no tenían más tiempo decidieron tirar con la última versión que tuvieran, aunque fuese una mierda. La verdad, yo mismo podría haber escrito un guión mucho mejor para “La decisión final”, y sobretodo que no fuese una mierda.
La disputa amorosa entre Iceman, Pícara, y Kity Pride es más inverosímil, telenovelesca y falta de credibilidad que la que había entre Michelle Jenner, Mario Casas y Hugo Silva en la serie “Los hombres de Paco”.
En ésta película 6 de cada 10 mutantes están metidos con calzador y sobran totalmente, no aportan nada ni forman parte de las tramas, los pusieron por poner. Tiene delito que hicieran eso con mutantes tan queridos y esperados por los fans como Ángel, que en la película está sólo por estar y no pinta nada, además de que Ben Foster no encaja para nada en el papel. Pícara y Colosus tampoco tienen aportaciones que sean necesarias, y Cíclope, para los minutos y el final que tiene, mejor que ni le hubiesen sacado, del mismo modo que se olvidaron de Rondador Nocturno sin dar explicaciones. La sala del peligro y los centinelas aparecen tan poco y aportan tan poco a la trama que hubiese sido mucho mejor que no los hubiesen sacado.
Muchos personajes están muy mal desarrollados y construidos, como Jean Grey o Pyro, y muchos otros prácticamente no tienen personalidad. ¿Cómo van a estar bien desarrollados los personajes, sí hay muchísimos más que en “X-Men 2”, y “La decisión final” dura media hora menos? No se puede.
El montaje corta las escenas de acción, algo que considero un acto criminal. Y el Lobezno que sale en “La decisión final” no es el Lobezno salvaje y violento que sale en “X-Men 2”, es un Lobezno domesticado, que parece más bien un gatito y hace miau.
“La decisión final” es horrible. Incluso cambian la icónica fanfarria de los X-Men por un tema irrelevante y nada emocionante. Al menos el compositor de “La decisión final”, el competente John Powell, compone un tema para la música del film, que es el tema de Fenix Oscura, que sí es emocionante y épico.
“X-Men orígenes: Lobezno” no llega a ser satisfactoria, no está a la altura de “X-Men”, pero es lo suficientemente decente como para quitar el mal sabor de boca que dejó “X-Men: La decisión final”.“X-Men orígenes: Lobezno” está bien hecha, tiene buenos momentos, pero no llega a ser lo emocionante que son “X-Men” y “X-Men 2”.
En lo que sí es mejor “X-Men orígenes: Lobezno” con respecto a “X-Men” es en el personaje de Victor Creed/Dientes de Sable. El personaje está mejor dibujado, mejor desarrollado y mejor interpretado. Liev Schreiber se marca una buena actuación, al igual que Danny Huston interpretando al coronel William Stryker, aunque su interpretación no llega a ser tan emblemática como la que hace Brian Cox interpretando al mismo personaje en “X-Men 2”. Taylor Kitsch no está mal como Remy LeBeau, el chaval lo hizo bien, pero el personaje no termina de estar bien desarrollado. Ryan Reynolds… bueno, Reynolds sólo está.
También destaca la música de Harry Gregson-Williams, que acertadamente se aleja de lo establecido en las composiciones de las tres anteriores películas de los X-Men, y aporta una composición nueva para las aventuras en solitario de Lobezno, pero igual de emocionante y dinámica que la música de “X-Men 2”.
La fotografía no es muy destacable, pero desde luego es mucho mejor que la sosa e impersonal fotografía de “La decisión final”.
“X-Men orígenes: Lobezno” es entretenida y en general está bien hecha, pero sólo eso, no tiene la emoción que podría haber tenido y que sí tienen “X-Men” y “X-Men 2”. Y no es cosa del director, Gavin Hood, que con “El juego de Ender” demostró que puede hacer una película grandiosa, emocionante y épica. Se nota que en “X-Men orígenes: Lobezno” metieron mucha mano los productores y directivos de la Fox, más de lo que les competía, y que Hood no se sintió cómodo. No alcanzo entender el porqué de la manía de los productores de la Fox de poner trabas a buenos realizadores como Vaughn o Hood, que intentan hacer buenas películas, y sin embargo les dan completa libertad a inútiles como Brett Ratner o Tim Story para que lo hagan de puta pena. Es tirar piedras a tu propio tejado, es autoboicotearte. No sé, es algo muy monguer.
Luego llegó el reinicio, “X-Men: primera generación”. Cuando todo hacía presentir que no iba a haber una nueva película del grupo de los X-Men después de las duras críticas contra “La decisión final”, la Fox le pidió disculpas a Matthew Vaughn, y anunció que el director británico tenía carta blanca y disponía de 160 millones de $ para hacer un reinicio de la saga como le pareciera. Una decisión más que acertada, pero que llegaba tarde, porque si Fox hubiese confiado más en Vaughn que en Ratner “La decisión final” seguramente hubiese estado al nivel de “X-Men 2”.
Al hacer un reinicio de la saga, yo ardía en deseos de que aprovecharan para adaptar “Hijos del átomo”, que personalmente considero el mejor cómic que se ha hecho de los X-Men. Finalmente no hicieron un reboot, sino una precuela, que en muchos puntos se salta algunos detalles de las anteriores películas, pero el resultado final es fabuloso, la mejor película de los X-Men que se había hecho hasta ese momento.
La idea de dar esta vez un protagonismo coral a la historia está muy bien, y sobretodo que en esta película Lobezno únicamente se limita a hacer un pequeño cameo, cosa que se agradece muchísimo, porque ya había chupado suficiente cámara en las anteriores películas.
A diferencia de “La decisión final”, en “Primera generación” los personajes están muy bien construidos y desarrollados, al igual que las tramas. Sobre todo gratifica ver lo que hicieron con el personaje de Emma Frost, que lo hicieron justo como es en los cómics, una gran mejora en cuanto a “X-Men orígenes: Lobezno”, dónde la Emma Frost que metieron no tenía nada que ver con la que salía en los cómics.
También destaca el personaje antagonista, Sebastian Shaw, uno de los villanos más carismático del universo de los X-Men, y que en “Primera generación” está interpretado por un extraordinario Kevin Bacon, cuya actuación resulta lo mejor del film.
El contexto histórico en el que se sitúa la historia es muy acertado, así como la elección de casi todos los actores, con algunas pocas excepciones.
En general la película está muy bien, “Primera generación” es estupenda, al nivel de “X-Men 2”, es mejor incluso, está excelentemente dirigida y realizada, con muchísimas escenas que se te quedan en la memoria, con muchísima acción con un buen nivel de emoción, y un buen aprovechamiento de unos efectos especiales impecablemente bien hechos.
“Lobezno inmortal” es bastante mejor que “X-Men orígenes: Lobezno”. Seguramente los productores de la película y los directivos de la Fox se dieron cuenta que dejando de boicotear las películas estas serían mejor.
James Mangold dirige bien la película. Mangold sabe dirigir a actores, y lo demuestra muy bien en la mayoría de sus película, como “Identidad” o “En la cuerda floja”. Lo que ocurre con Mangold es que no tiene una personalidad cinematográficamente definida, no tiene una firma, una marca, algo que caracterice su dirección y que haga decir al espectador eso es de tal director sin necesidad de ver los títulos de crédito. Eso no quiere decir que Mangold haga mal su trabajo, nada más lejos, Mangold dirige bien. Pero si uno ve películas como “Kate & Leopold”, “Identidad”, “En la cuerda floja” o “Noche y Día” no sabría suponer que son del mismo director ni sabría suponer de qué director es cada película.
Se agradece que el estudio contratara a un director competente para dirigir “Lobezno inmortal” y no a un incompetente como Brett Ratner, Tim Story o John Moore, nombres que seguro que pasó por las cabezas de los directivos del estudio. Y se agradece también que esta vez dejaran trabajar al director, haciendo así posible un resultado mejor.
Los actores están todos muy bien. El mejor, por supuesto, es Hugh Jackman, interpretando a Lobezno en todo su esplendor. Porque una cosa muy buena que tiene “Lobezno inmortal” es que esta es la película que Lobezno merecía, en esta película se puede apreciar al mejor Lobezno desde “X-Men 2”.
El resto de actores, casi todos nipones, también están a la altura. Sin embargo, para interpretar al personaje de Harada, en vez de a Will Yun Lee, yo hubiera escogido a Takeshi Kaneshiro, no sólo porque es uno de mis actores favoritos, sino porque es un actor muy bueno. Y hombre, ya que hicieron Lobezno en Japón, la lógica hubiese sido contratar para los personajes japoneses (que son casi todos) los mejores y más famosos actores del Japón. Tampoco hubiese sido cuestión de meter sí o sí a Ken Watanabe, pero por favor, tener a Takeshi Kaneshiro es de obligatoriedad. Tener a Takeshi Kaneshiro en el reparto, en el papel de Harada, hubiera mejorado destacablemente el resultado final del film. Ver a Takeshi Kaneshiro luchando contra Lobezno hubiese sido grandioso.
En cuanto a los personajes yo no hubiera puesto a Viper como antagonista. Un personaje como Lobezno merece un antagonista del nivel de Cassandra Nova. Ver a Lobezno enfrentándose a un enemigo tan poderoso y tan temible como Cassandra Nova hubiera sido apoteósico y épico. También hubiera metido a Danger y hubiera recuperado a Pyro, para compensar lo desaprovechado que estuvo en “La decisión final”.
La música de Marco Beltrami está bien, pero no tiene el dinamismo que le dio Harry Gregson-Williams a su composición para “X-Men orígenes: Lobezno”. No es el mejor trabajo musical de Beltrami, pero está bien.
A pesar de que “Lobezno inmortal” costó veinte millones menos que “X-Men orígenes: Lobezno”, la película cuenta con mejores efectos especiales y mejores escenas de acción que su antecesora. Las escenas de acción son una maravilla. La escena de lucha en el tren bala es muy espectacular. Ver a Lobezno combatir con sus garras a las espadas de la Yakuza es un espectáculo. Y la lucha final, en el clímax de la película, es impresionante y asombrosa.
En conclusión. “Lobezno inmortal” no sólo es buena, espectacular y entretenida, sino que es la película que merecía un personaje del calibre de Lobezno y la película que mejor muestra al personaje en todo su esplendor, junto con “X-Men 2”.
Luego llegó “X-Men: Días del futuro pasado”, cuyas riendas de dirección las cogió Bryan Singer, regresando a la saga de los mutantes, algo que se agradece (desde luego no iba a regresar Brett Ratner).
“Días del futuro pasado” comparte algo con todas las demás películas de los X-Men. Yo he leídos muchos cómics de los X-Men que, no sólo son muy buenos, muy emocionantes, sino que también, de unas u otras maneras que no sé definir porque no soy un experto en el proceso de creación de cómics, esos cómics ofrecían historias que eran inmensamente épicas y apoteósicas, como “Fénix oscura”, “Dios ama, el hombre mata”, “Hijos del átomo”, etc.
Entonces, en las diversas películas que se han hecho de los X-Men, todas tienen algunas escenas que tienen cierta épica, por su espectacularidad en las peleas, escenas de acción, efectos especiales, etc. Pero las películas nunca me han transmitido esa sensación de estar viendo momentos apoteósicos, sensación que sí me han dado muchos cómics. Así que cuando Singer ya dirigía “Días del futuro pasado”, yo no dudaba de que fuera a ser una película impresionante, que lo es, pero no creí que consiguiera hacerme sentir que estuviese viendo algo apoteósico, algo que no pudiese ser más grandioso, algo que fuese un espectáculo de proporciones inmensas.
Yo no creía que “Días del futuro pasado” pudiera hacerme sentir eso que sí me hacía sentir muchos de los cómics de los X-Men… y no me equivoqué. Pero no me enfado por eso ni me lo tomo a mal, porque entiendo que en una película o en una serie es muy difícil que se llegue a emocionar al espectador hasta estos extremos. Pero aun así “Días del futuro” pasado consigue emocionar mucho al espectador, no tanto como lo hacen los cómics, pero aun así hay que reconocer el notable esfuerzo y resultado que pocos films consiguen. “Días del futuro pasado” se acerca mucho a la épica y grandiosidad de los mejores cómics de los X-Men, no llega a ese nivel, pero se queda bastante cerca.
Al igual que en “X-Men” y “X-Men 2”, en “Dïas del futuro pasado” Bryan Singer demuestra de nuevo su buen hacer, que mejora con los años y con las películas. “Días del futuro pasado” está muy bien dirigida. Singer sabe muy acertadamente como realizar las escenas, qué es lo que quiere de los actores, etc. Se percibe que Singer visualiza bien lo que quiere ver, y sabe muy bien como transmitir eso a un resultado más que satisfactorio.
Siempre agradezco que Iceman salga en las películas de X-Men. Aun así, exceptuando “X-Men 2”, en las demás películas de X-Men sale más bien poco. En “X-Men” casi no aporta nada, y en “La decisión final” sus apariciones son vergonzosas por culpa de un guión más malo que Stalin.
En “Días del futuro pasado” Iceman sí está muy involucrado en una trama importante del film, y tiene momentos épicos y dramáticos… que duran poco. Es de agradecer que Singer haya intentado complacer a los fans mostrando a Iceman convertido totalmente en hielo y formando los toboganes de hielo y demás (algo que, en mi opinión, tendría que haber salido desde “X-Men 2”), protagonizando momentos de acción no sólo emocionantes, sino también muy dramáticos. Pero esos momentos duran tan poco que dejan con ganas de mucho más, y eso “Días del futuro pasado” no lo da. Pero en lo poco que sale Iceman en “Días del futuro pasado” es dónde mejor ha lucido en todas las películas de los X-Men en las que ha salido.
En “Días del futuro pasado” Iceman tiene momentos que son muy emocionantes y dramáticos. En el montaje para cine de “Días del futuro pasado” hay una escena en la que Iceman, Kitty Pride, Lobezno, Magneto y el profesor Charles Xavier están siendo asediados por un ejército de centinelas. Kitty Pride está manteniendo la mente de Lobezno en el pasado, Magneto está gravemente herido y Xavier está inválido. Sólo Iceman está en disposición de enfrentarse a los centinelas y retrasar su avance. Iceman está muy asustado, está acojonado, se ve el miedo reflejado en su rostro. Sabe que si se enfrenta a los centinelas morirá, conseguirá retrasarles un minuto a lo sumo, pero al final lo matarán. Y a pesar de que sabe eso, y que está destrozado y devastado por un miedo que le encoge el corazón, se arma de valor y se enfrenta a los centinelas sabiendo que va a morir, hasta que finalmente es asesinado por los centinelas en una de las muertes más épicas y dramáticas de la saga. La interpretación de Shawn Ashmore en los momentos en los que su personaje se enfrenta a los centinelas es lo que más consigue transmitir la épica de esos momentos, que son cortos, sí, pero son momentos muy dramáticos.
Michael Fassbender interpretó muy bien a Erik Lehnsherr en “Primera generación”, y le vimos convertirse en Magneto al final de la misma. Sin embargo, en “Días del futuro pasado”, interpretativamente (que no en las escenas de acción), a Fassbender yo no le veo como a Magneto, lo sigo viendo como a Erik Lehnsherr, no se vislumbra una evolución del personaje.
Con Jennifer Lawrence ocurre lo mismo. La chica es buena actriz, no digo yo que no, en “Primera generación” interpretaba muy bien a Raven. Pero en “Días del futuro pasado”, interpretativamente, no se vislumbra la evolución del personaje, que haya pasado de Raven a Mística. Lawrence interpreta muy bien a Mística en el aspecto físico, en las escenas de lucha y demás, eso no se puede negar, pero interpretativamente, los gestos de la cara, la voz… no termina de convencer, no parece Mística. En este aspecto lo hacía mucho mejor Rebeca Romjin-Stamos.
James McAvoy está muy bien, se marca una muy buena actuación. En él sí se nota la evolución que ha sufrido el personaje de Charles Xavier desde los acontecimientos de “Primera generación”.
Peter Dinklage interpreta a Bolivar Trask, y su papel destaca lo suficiente como para situar a Trask en uno de los mejores villanos que ha habido en las películas de los X-Men, junto a William Stryker y Sebastian Shaw.
Evan Peters (uno de los protagonistas de la fantástica serie de televisión “American Horror Story”, que recomiendo muy encarecidamente) interpreta Quicksilver/Peter Maximoff, el personaje más recordable de “Días del futuro pasado”, pese a su episódica aparición. No sólo la actuación del actor, que también contribuye, sino también la manera en que está dibujado el personaje, y el modo en cómo interviene en los momentos en los que aparece (uno de ellos antológico), es lo que hace que el personaje sea tan agradable y carismático para el espectador.
Un fallo que “Días del futuro pasado” comparte con “X-Men 2” y “La decisión final”, y que Singer no ha sabido corregir, es el personaje de Colosus, que no tiene en las películas de los X-Men la importancia y la relevancia que sí tiene en los cómics, a parte de que Daniel Cudmore no tiene capacidad interpretativa. En “Deadpool”, sin embargo, sí consiguieron mostrar bien al personaje de Colosus.
El guión resulta destacable, no sólo por cómo está estructurada la historia, sino también por el tratamiento de los personajes. Todos los personajes tienen un buen desarrollo, a pesar de que hay muchos, están muy bien repartidos. Todos los personajes tienen su función, están en la película por un motivo, no se tiene la sensación de que sobre un personaje. Eso es algo en lo que el guión de “Días del futuro pasado” supera al de “La decisión final”. También resulta acertada la manera en que se entrelazan las dos lineas temporales que se plantean en el film, tanto en el montaje cinematográfico como en el Rogue Cut. “Días del futuro pasado” no es la única película en la que hay dos o más lineas temporales seguidas en paralelo, pero sí es de las pocas que relaciona bien dichas lineas temporales seguidas en paralelo.
La música compuesta por John Ottman no destaca mucho, a parte de la fanfarria del prólogo. “Días del futuro pasado” necesitaba una composición que transmitiera la épica y la grandiosidad de la historia de ese film. El trabajo de John Ottman no llega, por tanto, a ser satisfactorio. Steve Jablonsky, Hans Zimmer o Shirô Sagisu hubiesen compuesta la música que “Días del futuro pasado” demandaba.
Los efectos especiales destacan no sólo por lo muy bien hechos que están, sino por su integración en la historia. Los efectos especiales se muestran al servicio de la historia, y no al revés. Los efectos especiales no se usan para presumir de los mismos
“Días del futuro pasado” ofrece muchos momentos sensacionales, estupendos, muy buenos, espectaculares, impresionantes, y tan bien realizados que permanecen en la memoria del espectador por mucho tiempo. Por su dramatismo, espectacularidad, por lo muy bien realizada que está en todos los aspectos, y por su calidad técnica y artística, ”Días del futuro pasado” resulta un film muy notable y satisfactorio.
“X-Men: Apocalipsis” es la más reciente película de los X-Men, y la primera que ha conseguido lo que no han podido todas las demás, tener la épica y la grandiosidad de los mejores cómics de los X-Men. Ya el prólogo expone inmensidad, que es el modo en que se desarrolla el clímax. Éste es el punto más álgido de la película. La estructura de “X-Men: Apocalipsis” dista mucho, por ejemplo, de la de “Capitán América: Civil War”. En la cinta de los hermanos Russo había un seguido de impresionantes set-pieces de acción, pero todas igual de espectaculares, se mantenía el mismo ritmo, no iba de menos a más ni de más a menos.
En “X-Men: Apocalipsis” no ocurre eso, en cuanto a la acción “X-Men: Apocalipsis” va de menos a más, opción que no es ni peor ni mejor que la de “Capitán América: Civil War”, sino otra estructura igual de válida que se trabaja igual de bien. “X-Men: Apocalipsis” empieza de forma impactante, empieza con un nivel de espectacularidad alto, con el prólogo ambientado en el Egipto del 3000 antes de Cristo. Después de la fanfarria de presentación la película sigue con un nivel más relajado, que va subiendo poco a poco pero sin pausa, con momentos cada vez más vibrantes y emocionantes, hasta llegar al clímax, el punto más álgido del film en cuanto a emoción, espectacularidad, y sobretodo épica y grandiosidad.
Resulta destacable también la manera en que Singer muestra escenas, varios momentos, que recuerdan mucho a las dos primeras películas de la saga, que él dirigió. Que está muy bien, porque es un detalle no sólo a los fans de las películas de los X-Men, sino también a los que nos gusta a Singer como director y disfrutamos de sus películas. Pero no son detalles gratuitos, tienen que ver con algo que Singer hace también en “X-Men: Apocalipsis”, anticipar que la próxima entrega adaptará “Fénix Oscura”, que en parte ya lo hizo Brett Ratner en la infumable “X-Men: La decisión final”, pero Singer ya nos anticipa que corregirá la película de Ratner, que veremos adaptada la historia de “Fénix Oscura” en una película épica, grandiosa y apoteósica, que es como tiene que ser, y no como fue “X-Men: La decisión final”. Singer no sólo nos anticipa su corrección de “X-Men: La decisión final” en el clímax (por la trama que corresponde a Fénix Oscura), sino que también admite lo mierdosa que fue la película de Ratner. Y lo hace en el momento en que Jean Grey, Scott Summers y Kurt Wagner salen del cine después de haber visto “El retorno del Jedi”. No hay más que oír el diálogo.
- Yo sólo digo que el imperio es mejor. Es más compleja, más sofisticada, y tiene un final más oscuro.
– Ya, pero admítelo, en la primera está el germen de las otras dos.
– Al menos estamos de acuerdo en que la tercera es siempre la peor.
El detalle es tan sutil que se vuelve descarado.
Un aspecto de “X-Men: Apocalipsis”, y que es una mejora con respeto a “X-Men: Días del futuro pasado”, es la música compuesta por John Ottman. Si la música de “X-Men: Días del futuro pasado” carecía de la épica y la grandiosidad de la que hacía gala la historia, no ocurre así con “X-Men: Apocalipsis”. En esta ocasión Ottman consigue, como lo hizo en “X-Men 2”, que la épica y la grandiosidad de los acontecimientos se perciba también musicalmente. Cabe remarcar, por ejemplo, el momento en que Apocalipsis aumenta el poder de Magneto, y éste lo desata destruyendo el campo de concentración de Auschwitz, o cuando Apocalipsis toma el control de Cerebro.
Cómo ya hiciera en las anteriores entregas que dirigió, Singer ofrece de nuevo un impresionante y espectacular uso de los efectos especiales. En especial cabe destacar el antológico lucimiento de los poderes de Quicksilver, pero los efectos especiales también impresionan en el prólogo, en los efectos de vuelo de Ángel y de teletransportación de Kurt Wagner... En general en “X-Men: Apocalipsis” los efectos especiales no sólo están para rellenar, están usados como un elemento de espectacularidad, y en éste aspecto están muy bien usados y hechos.
El maquillaje descoloca bastante, y no por la recreación física de algunos mutantes, como el caso de Kurt Wagner o Apocalipsis. En ese aspecto el maquillaje está muy logrado. El maquillaje descoloca en su poco uso en los personajes que llevan apareciendo desde “X-Men: Primera generación”. En “X-Men: Apocalipsis” han pasado 21 años desde los sucesos de “X-Men: Primera generación”, y Magento, Charles Xavier, Moira Mctaggert, Hank McCoy y Alex Summers han envejecido poco o nada. Alex Summers tiene cerca de 40 años, los que como mínimo tiene Hank McCoy, Magneto y Charles Xavier tienen entre 45 y 50 años, y Moira Mctaggert como mínimo tiene 50. Ninguno de los actores que interpretan esos personajes aparentan la edad de sus personajes. Parece como si en la producción de la película hubiesen tenido miedo a envejecer físicamente a los personajes. Que es absurdo, porque si un personaje tiene cerca de 50 años y no aparenta más de 35 años, descoloca bastante y distrae al espectador de lo que sucede en la historia. Pues aquí sucede con estos cinco personajes. Bryan Singer debería corregir eso para la próxima entrega, porque Magneto y Charles Xavier tendrán entre 55 y 60 años, y no pueden seguir aparentado treinta y pocos.
Los actores, en general, ofrecen unas buenas actuaciones, con algunos peros. Hay una evolución en el personaje de Charles Xavier, y James McAvoy muestra esa evolución, McAvoy muestra como su personaje ha madurado más. También ocurre lo mismo con Mística. A diferencia de “X-Men: Días del futuro pasado”, aquí sí se percibe una fuerte maduración del personaje de Mística, y Jennifer Lawrence consigue, por fin, dotar al personaje de esa madurez con su actuación. Sin embargo Michael Fassbender, a pesar de que ofrece una buena actuación, sigo sin verlo como Magneto. Ian McKellen sí se ve como Magneto en las películas de X-Men en las que sale, pero Michael Fassbender no. Sigo sin ver en Michael Fassbender una versión joven del Magneto de McKellen.
Quicksilver tampoco muestra una evolución, una madurez. El personaje sigue molando mucho, es muy carismático, y Evan Peters lo interpreta muy bien, pero nada en él ha cambiado, sigue igual. En “X-Men: Apocalipsis” Quicksilver está bien aprovechado, pero podría haber dado más.
Oscar Isaac hace una buena actuación como Apocalipsis. Y las nuevas incorporaciones también son muy acertadas. Kodi Smith-McPhee está genial como Kurt Wagner, Sophie Turner está fantástica como Jean Grey, Tye Sheridan está muy bien como Scott Summers, y Alexandra Shipp luce estupenda como Ororo Munroe.
Por último cabe mencionar lo bueno del guión y el montaje, el notable trabajo de arte y concepción de vestuario, y un grandioso cameo de Lobezno.
Mi calificación: