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martes, 23 de febrero de 2016

CRÍTICA LAS FLORES DE LA GUERRA (2011), POR ALBERT GRAELLS

SISTEMA DE CALIFICACIÓN: ☆ MALA BUENA MUY BUENA EXCELENTE

La historia de “Las flores de la guerra” está contextualizada en la China ocupada por los japoneses, un par de años antes del inicio la 2ª Guerra Mundial, más concretamente en la ciudad de Nanjing, dónde las tropas japonesas cometieron inhumanas atrocidades. Un grupo de fugitivos encuentran refugio en una iglesia católica de la ciudad, arriesgando sus vidas con el fin de sobrevivir a la difícil situación y la persecución provocada por la invasión del ejército japonés a la ciudad.

Dirigida por Zhang Yimou, “Las flores de la guerra” tiene el mérito de ser la película más cara de la historia del cine chino, con un presupuesto de 94 millones de $. Al ser una superproducción habrá gente que se ponga a comparar el film con las otras superproducciones que hizo Zhang Yimou, pero eso es un error. Yimou no se repite en ninguna de sus películas, ni siquiera en las superproducciones. Se puede notar su estilo en sus películas, su firma, pero a cada una de ellas las dota de unas características que hace que no se puedan comparar, o al menos no comparar mucho, con otras películas suyas.

Por ejemplo, habrá quien diga que “Hero”, “La casa de las dagas voladoras” y “La maldición de la flor dorada” forman una “trilogía de la China imperial” o una “trilogía wuxia de Yimou”, pero aunque es cierto que éstas tres superproducciones de Yimou se puedan englobar, para nada se pueden comparar las unas con las otras, pues estas tres películas tienen cada una su propia atmósfera, su propio estilo y sus propias características que hace que se diferencien las unas de las otras.

Y lo mismo ocurre con “Las flores de la guerra”, es otra excelente película de Yimou, excelentemente filmada. Se pueden percibir muchas características del cine de Yimou, pero el film tiene su propia atmósfera. El estilo de Yimou está presente, pero la película tiene su propia personalidad.


“Las flores de la guerra” es un peliculón, quizá le sobre un cuarto de hora de metraje, y tampoco es la mejor película de Yimou, pero es un film extraordinario, magistral, filmado con una brillantez sólo propia de uno de los mejores directores de cine actual. En la producción no se escatimaron gastos a la hora de recrear con la mayor fidelidad el Nanjing devastado por los japoneses, y las escenas de enfrentamiento entre las fuerzas de ocupación nipona y las fuerzas de resistencia china. Pero lo mejor, sin duda, es la impresionante fotografía, que deja maravillado al espectador.

Aun así, dejando aparte que la película es increíble se mire por donde se mire, “Las flores de la guerra” no es un film que ahora mismo tengan derecho a hacer en China. ¿Por qué? Está muy bien que en China quieran hacer un film sobre las atrocidades que los japoneses cometieron cuando ocuparon su país, que hagan todas las películas que quieran sobre éste tema, pero antes de señalar con el dedo a los japoneses, que hagan películas sobre el genocidio que Mao cometió con la gran hambruna y la revolución cultural, que hagan películas sobre la masacre de Tiananmen, que hagan películas sobre la persecución contra Falun Dafa. Cuando hagan películas sobre eso, entonces tendrán todo el derecho moral de hacer películas sobre las atrocidades que los japoneses cometieron en su territorio.


Habrá quien eluda a “Adiós a mi concubina”, y es cierto, “Adiós a mi concubina” es una magistral obra maestra de la historia del cine que muestra con bastante objetividad los cambios históricos en China desde 1924 hasta 1974, incluyendo los devastadores efectos de la dictadura de Mao. Pero es una excepción, sólo eso, una excepción que ahora mismo el régimen chino no permitiría que se volviera a producir.

Pero volviendo a “Las flores de la guerra”, dejando de lado que es un magistral film de visionado ineludible (que lo es), hubiera estado mejor que antes que una película sobre la ocupación japonesa, Yimou hubiese hecho un film sobre las atrocidades que cometió Mao, o las atrocidades que ha cometido el régimen chino desde que Mao murió. Me hubiera gustado que Yimou hiciera un “Adiós a mi concubina” en vez de “Las flores de la guerra”, que igualmente el resultado es impresionante, se trate de lo que se trate, pero no se puede evitar tener esa sensación de que un gran director se haya vendido políticamente a un régimen totalitario, como le sucedió con “Hero”.

Mi calificación es: