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miércoles, 15 de enero de 2014

CRÍTICA SHAME (2011) . POR RONNIE

SISTEMA DE CALIFICACIÓN: ☆ MALA BUENA MUY BUENA EXCELENTE
 

SHAME (Reino Unido 2011)


Elenco: Michael Fassbender, Carey Mulligan, James Badge Dale, Nicole Behare, Hannah Ware, Lucy Walters.
Dirige: Steve McQueen
Guión: Steve McQueen y Abi Morgan
Fotografía: Sean Bobbit.

_Sinopsis: Brandon (Michael Fassbender) es un hombre de treinta y tantos años que vive en un confortable apartamento en Nueva York. Para evadirse de la monotonía del trabajo, seduce a las mujeres, en una serie de historias sin futuro y encuentros de una noche.


  Steve McQueen, nos trae la historia Brandon Sullivan (Michael Fassbender), Neoyorkino en sus treintas, en búsqueda de todo tipo de satisfacciones carnales, sondeando las agitadas profundidades de la adicción sexual, esas en donde el ser humano desnuda la piel, mas que la piel. El sexo visto desde ángulos perturbadores, con valentía y determinación. Toda la cinta es un viaje interminable hacia los abismos de la soledad inquebrantable, encuentra el camino en una claustrofobia psicológica que maneja el protagonista sin necesidad de palabras, desahogando sus penas en el sexo.

El sexo puro sin tocamientos sentimentales, el sexo, la más grande adicción del ser humano, no saber manejarlo puede acarrearnos problemas existenciales tan brutales como cualquier otra adicción, perderse en el momento, permanecer en el limbo de la satisfacción carnal, pertenecer a ese instante solamente donde no cuenta ni el espacio ni el el tiempo; la búsqueda de la felicidad a través de la conexión de los cuerpos, va mirando uno detrás los vestigios que va dejando, de nada, de amargos momentos que están llenos de nada; ahí se encuentra la soledad en el camino, corres con el viento en la cara, lloras bajo la lluvia y no puedes si quiera mirar de frente a quien podría representar otro tipo de conexión, porque no sabes, porque no supiste nunca hallar lo que andabas buscando de cama en cama, en el callejón, debajo de un puente, con dos o tres o más o en los bares de mala muerte. Brandon ahoga sus gritos en silencios monstruosos, no quiere saber nada de otro mundo que no sea el suyo; le aterra el compromiso y a quien no, teniendo una vida cómoda puede hacer lo que le plazca, inundar su ser de imágenes retrogradas, insanas, mal vistas pero nunca ajenas a sus pensamientos, porque es lo más sencillo de escoger, es lo más sencillo de abordar, la ruleta rusa que le acerca a una muerte sigilosa, que lo enfrenta al abismo y de la cual sale avante, esa es la adicción, sentirse pequeño, frágil, desamparado y al final ser atropellado por nuestros propios miedos, sin tregua alguna. La adicción compulsiva se ha convertido en una necesidad, como si de respirar se tratase, una necesidad que debe ser constantemente saciada; así el encuentra su tormento, una prisión de lujuria de la cual no puede escapar.

  La irrupción de su atractiva y no menos promiscua hermana, un parásito sin fin, una mala copia de lo que nunca fue, triste y dramática en búsqueda constante de un escape que también se le va de las manos literalmente; conflictua su estilo de vida, despertando una tensión sexual que le atormenta, procurándose un distanciamiento entre los hermanos para poder estar lo mejor posible, provocandole una pena que le regala pase directo a su propio infierno. McQueen consigue adentrarnos a la psicología de Brandon sin necesidad de incomodarnos, el submundo de perturbación y depravación de un hombre sumido y devastado por su propio apetito sexual. 

  El lado oscuro que McQueen presenta, esta plagado de referencias mundanas, ese guiño maldito al sexo que nadie profesa a voz abierta, esas miradas lascivas que se experimentan a diario pero que todos callan; ese clímax enfermizo que nos tiene al borde, pendiente de un encuentro más, pendiente de una aventura distinta; la película analiza un arquetipo tan cotidiano en un aislamiento difícil de olvidar y al final nos deja sin nada, nos deja sin muros, sin ropas, sin nada. El juego de planos sugerentes y provocativos, nos enseñan el lado físico y emotivo de la escena, captando el dolor interno de Brandon.

  Apenas emprendía el vuelo en el Festival de Venecia y fue recibida con excelentes criticas y con reservados cuestionamientos acerca de su recibimiento en el tiraje comercial, los palmares del festival una vez entregados develaron que el Ganador de la Copa Volpi a Mejor Actor seria Michael Fassbender, en aquel momento se le comparo al Marlon Brando de THE LAST TANGO IN PARIS, y se le pronostico la avalancha de premios habidos y por haber de la temporada, ciertamente solo alcanzo nominaciones al BAFTA y al Golden Globe. Hablando de su titanica omisión dentro de la ceremonia del Oscar, bueno ni falta le hace, Fassbender a logrado en pocos años una envidiable carrera y ha demostrado el talento que lleva a cuestas, más haya del "talentazo" que se trae entre piernas. Junto a Michael, tenemos a la menudita Carey Mulligan (Nominada al Oscar por AN EDUCATION) en el papel de Sissy la imperfecta hermana incomoda, que se lleva las palmas con su intromisión de canto en el bar de NEW YORK NEW YORK, una escena simple, un cuadro tan sutil pero lleno de emotividad, que dejo rodar la lagrima tanto de Fassbender como de un espectador.

  SHAME no sera del agrado de todos, pero no esta ahí para ser criticada desgarradoramente, no esta ahí para hablar solo del inquebrantable paradigma de la desnudez masculina, no esta ahí para reprocharle el debacle que provoca el sexo en nuestras vidas; mucho menos para enseñarnos algo que no conozcamos en nuestra intimidad. Esta para dejarnos llevar por su sórdido relato, esta para que salgamos del cine en silencio hablando con nuestros propios demonios internos. 

  Se agradece la presencia de esta cinta en el universo cinematográfico.

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