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martes, 27 de enero de 2015

CRÍTICA WHIPLASH (2014) . POR ALBERT GRAELLS

SISTEMA DE CALIFICACIÓN: ☆ MALA BUENA MUY BUENA EXCELENTE

Sinopsis: El objetivo de Andrew Neiman, un joven y ambiciosos baterista de jazz, es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este en el que estudia. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terrence Fletcher, un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher elige a Andrew para formar parte del conjunto musical que dirige, cambia para siempre la vida del joven.

Jamás en la vida creí posible que llegara el día en que vería una película del pasado año 2.014 cuyo director mostrara más pretenciosidad, fanfarronería, arrogancia y desvergüenza que Xavier Dolan en “Mommy”. Me equivoqué.

El director de “Whiplash”, Damien Chazelle, se cree una joven y talentosa promesa de la dirección cinematográfica, ignorando y despreciando el hecho de que, al contar una historia haciendo una película, el talento es menos que nada, mientras que la experiencia conseguida con perseverancia y sobriedad lo vale todo.

Tanto Xavier Dolan en “Mommy” como Benh Zeitlin en “Beasts of the southern wild” supieron moderar sus impulsos de chulería y petulancia, haciendo que sus films no se vieran arrastrados por sus ansias de presumir. Sin embargo Damien Chazelle es incapaz de dominarse y se deja llevar por dichos impulsos, no sólo dirigiendo sino también escribiendo el guión, lo que afecta muy negativamente el resultado final del film.

El joven director Richard Bates Jr. (cuya segunda película, “Suburban Gothic”, se estrena éste fin de semana en Estados Unidos y, por lo que se ve en el tráiler, promete mucho) sirve en éste caso como contrapunto a la descompensada dirección de Chazelle. Para su ópera prima, “Excision” (de visionado ineludible, por cierto), pese a contar con un amplio reparto de grandes y populares actores mucho más destacable del que pueda alardear “Whiplash”, Bates Jr. dirigió con determinación pero siendo consecuente de lo que tenía entre manos, una propuesta interesante y golosa pero sobria y modesta.


A Chazelle no le importa ser consecuente ni sobrio, le da igual. Dirige más con la intención de seducir y molar y ganar premios, que de realizar de verdad una propuesta apasionante y verdaderamente buena. Su guión no es que necesitase revisiones a fondo, es que le hacía falta intensas reparaciones. Tramas mal concluidas, personajes mal construidos y escenas que caen en el más absoluto de los ridículos no hacen tanto daño como ver a un actorazo como J. K. Simmons interpretando a una versión sociópata y mentalmente perturbada del calvo de los anuncios de la Lotería de Navidad, que en vez de repartir suerte reparte hostias, collejas y broncas con una soltura y una gratuidad tal que llenan con total ligereza más de media película. El personaje de J. K. Simmons, más que un maestro de música jazz, parece un entrenador físico de las fuerzas de élite del Mosad, hasta el punto de que si hubieran sustituido los instrumentos musicales por pistolas y fusiles de asalto la película bien podría haber pasado perfectamente por ser la tercera parte de “Tropa de élite”.

No soy capaz de entender como un directivo de un estudio en su sano juicio, después de leer el guión de “Whiplash”, le diera luz verde a la película. Quién escribe hubiera llamado a los de seguridad para que echaran a Chazelle del estudio a patadas si hicieran falta.

Para “Excision” resulta evidente que Bates Jr. cogió como referentes “American Beauty” y “Donnie Darko”. No hay nada de malo en eso, es más, resulta de lo más normal y de lo más aceptable que un director, al dirigir sus primeras películas, coja como referentes otros films. Incluso un director puede estar durante toda su filmografía cogiendo tantas referencias como le plazca de las películas que le parezca sino se avergüenza de ello. Tarantino es el mejor ejemplo.

Sin embargo Chazelle no coge referencias, copia directamente de forma descarada y desvergonzada y lo presenta como si fuera algo suyo. Desde la alemana “Vier Minuten” a la francesa “Dans la maison”, pasando por “Good Will Hunting”, “The social network” y “Moneyball”. No sé de qué películas más Chazelle ha hecho un copiar y pegar, pero la curiosidad para averiguarlo no compensaría el tener que pasar por la exasperante experiencia de volver a ver la película, de modo que no lo haré.

“Whiplash” se va tan ricamente a la papelera de mi escritorio, y espero que el próximo trabajo de Chazelle sea freír hamburguesas en un McDonald’s, puesto que si sólo es capaz de hacer mierda que la haga dónde la sirvan.

Mi calificación es: