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viernes, 25 de marzo de 2016

CRÍTICA QUERIDO JOHN (2010), POR ALBERT GRAELLS

SISTEMA DE CALIFICACIÓN: ☆ MALA BUENA MUY BUENA EXCELENTE

Querido lector: Es posible que no nos conozcamos, o puede que sí. Es posible que nos hayamos separados por un espacio de miles de kilómetros y varias horas de diferencia horaria, o puede que vivamos en el mismo país o incluso en la misma ciudad. Pero nos conozcamos o no, vivamos lejos o cerca el uno del otro, ten por seguro que eso no impedirá que sea honesto. Jamás he dicho algo que no sintiera, siempre he sido honesto en mis críticas, y siempre he dicho lo que pensaba sin pelos en la lengua (muchos pueden dar fe de ello). Si una película me gusta no la alabo más de lo que merece, y si una película me disgusta o me decepciona la masacro sin piedad. Y con “Querido John” no va a ser distinto.

Querido Lasse Hallström: A diferencia de “Una vida por delante”, y esta de “Querido John”, no he visto ninguna película tuya. Las que hiciste en Suecia ignoro cuales son, y de las que has hecho en Estados Unidos… advierto que son dramas lacrimógenos muy bonitos y bien realizados pero que son tan edulcorados que de verlos seguidos me cogería un coma por exceso de glucosa.

No es por criticarte. Tu bella forma de realizar películas es lo que me ha llevado a ver “Una vida por delante” y “Querido John”, y que también me llevará a ver “Siempre a tu lado, Hachiko” y “¿A quién ama Gilbert Grape?”, pero porque son historias dramáticas y bellas. Las historias edulcoradas, coloridas y clásicas no encajan cuando haces bien tu trabajo, y eso es lo que me echa atrás a la hora de ver “Las normas de la casa de la sidra”, “Chocolat” y “Casanova”; películas seguramente bien hechas pero que verlas sería un lamentable coñazo para mí.

Lástima que no puedas aprovechar tu talento para llevar a buen puerto proyectos de mayor envergadura e interés, como cuando te ofrecieron dirigir “Atrápame si puedes”, que si la hubieras dirigido sí hubiese sido una buena película, pero que finalmente la dirigió un Steven Spielberg más interesado en gravar a Tom Cruise corriendo y saltando que a Leonardo DiCaprio y Tom Hanks actuando, y al final salió una película igual de coñazo que las películas tuyas que evito ver.


Querido Channing Tatum: Eres un chico joven que de adolescente fue el típico chico atlético que jugaba en el equipo de rugby de algún instituto de Alabama y que conseguía ligarse a las chicas machacando su cuerpo y haciendo zancadillas a los nerds.

Después quisiste ser actor y trabajaste (tu cuerpo) muy duro para conseguirlo. Como para ser actor hay que trabajar el rostro y la voz más que la tableta de chocolate que tienes por tronco, no pudiste empezar más que como bailarín de striptease, que no es la mejor profesión del mundo, pero desde luego es mucho más digno y honrado que lo que hace tu personaje en ésta película.

Luego subiste a modelo de pasarela y de anuncios para marcas de ropa, gafas y relojes (de esos tan bonitos y tan bien currados que aparecen en las contraportadas de las revistas dejadas encima de las mesas de las salas de espera de las consultas médicas), y de ahí llegaste al mundo del cine actuando en papeles que se te dieron más por tu físico que por tu esfuerzo al actuar, y en las que tenías que aparecer la mitad del tiempo con el torso al descubierto.

Como las películas en las que “actuabas” solían ser de esas en las que los actores están allí más por su físico que por su interpretación, quisiste ganarte a los críticos en películas más serías. Quieres demostrar ser un buen actor, pero no puedes evitar que lo que tenga más capacidad interpretativa que el rostro de tu cara sean los abdominales de tu torso. Empeñado en demostrar lo que no eres, te empeñas en copiar a otro actor que sepa actuar más que tu, en tu caso Silvester Stallone, que no es precisamente un buen ejemplo de buena vocalización, de modo que hablas como si tuvieras la mandíbula inferior siete veces más grande que la superior, y cuando ocurre eso actúas mejor cuando te callas.


Querido John: Admiro tu pasión y tu patriotismo hortera estadounidense ¿sí? Seguro que te lo pasas bomba defendiendo la libertad y la democracia en Oriente Medio, bombardeando escuelas y hospitales, o fusilando civiles inocentes, entre ellos mujeres y niños. Debe ser la repanocha. Los estadounidenses tratáis tan bien al resto del mundo que no alcanzas comprender por qué un vagabundo de las cavernas montañosas de Afganistán, que se hizo multimillonario gracias a la familia del niño de 12 años al que elegiste como presidente, provocó un acto terrorista tan vil como el del 11-S.

Eres tan buena persona que, en vez de dejar que un pobre chico que está enamorado de una chica consiga ligar con ella, lo que haces es impresionarla lanzándote al mar medio desnudo a seis metros de altura, aun a riesgo de romperte la columna y quedarte tetrapléjico el resto de tu vida, a pesar de que tu anciano padre necesita que le cuides.

Luego de romperle el corazón a ese pobre chico y alejarle de la chica, y encima no dejas de restregárselo en las narices siempre que puedes, y no contento con eso además le tienes que dar una paliza (es tan divertido amargarles la vida a los nerds, ¿verdad?), te enamoras tanto de la chica que, en vez de dejar el ejército y vivir toda una vida junto a ella, te las piras a las dos semanas porque te llaman a filas tras el atentado del 11-S. Prefieres masacrar civiles en Afganistán a estar junto a la chica que te gusta. Qué romántico.

Eres tan listo e inteligente que, a pesar de llevar toda tu vida viviendo con tu padre, tiene que ser una chica que no lo ha visto nunca quien te diagnostique que tu padre es autista. Claro, algo así pasa tan desapercibido.


Querida Savannah: Ya sé que eres una chica angelical y que te pone cachonda hacer el bien y tratar bien a los demás, sobre todo a los autistas, de los que te rodeas como si fueran una fragancia de Hugo Boss.

Eres tan buena chica que, con los chicos normales e inteligentes que profesan amor y cariño por ti y desean cuidarte y respetarte el resto de su vida te haces la estrecha, sin embargo no dudas en lanzarte a los brazos del primer cuerpo dannone que arriesgue su vida estúpidamente para impresionarte y que a las dos semanas pasa de ti como de la mierda. Estás tan enamorada de ese cuerpo dannone que, en vez de esperarle a que vuelva de matar niños, le pones los cuernos y lo sustituyes por un padre soltero, y con un hijo autista además.

Querido Nicholas Sparks: No he leído ninguna de tus diecinueve novelas románticas, once de las cuales han sido llevadas al cine, incluida “Querido John”. No es que no me gusten las novelas románticas, a pesar de que no es mi género literario favorito, sino porque tus novelas apestan a ese romanticismo cursi adolescente y juvenil mezclado con el hortera patriotismo estadounidense ya cansino que, venga o no a cuento, no desaprovecháis oportunidad de restregar en las narices del resto del mundo, a base de enseñar vuestra bandera bien grande en el 90% de vuestras películas y series. De verdad que eres tan patriota que lo que empieza por ser una historia romántica sobre el amor juvenil termina por convertirse en una historia propagandística del ejército de los Estados Unidos y del patriotismo estadounidense. Es tan evidente que sois los mejores del mundo en todo y que sois el mejor país del mundo, que no encontráis tiempo para argumentárnoslo, así que no lo hacéis.

Querido Albert Graells: Decidiste ver “Querido John” únicamente por la dirección de Hallström, a pesar de que has estado temiendo de que fuese un truño y una horterada, como así ha sido. Creías que verías un episodio muy alargado de una serie juvenil-adolescente de instituto romántica, como “One Three Hill”, “Las chicas Gilmore”, “Dawson crece” o “Los rompecorazones”; y no te has equivocado.

Finalmente te sientes hundido, porque te das cuenta de que el tiempo que has perdido en ver la película lo podrías haber usado en algo de más provecho como… no sé, leer las páginas amarillas. Y aunque “Querido John” merece un soberano suspenso, lo único que la salva del 0 y la acerca al 1 es la excelente interpretación de Richard Jenkins, lo único verdaderamente bueno de la película.

Mi calificación es: