“Shin Godzilla” resulta una propuesta en suma interesante por varios motivos. Primero por los que dirigen la película, Hideaki Anno y Shinji Higuchi. El primero, director y guionista de la estupenda serie anime “Kare Kano” y de la memorable “Neon Genesis Evangelion” así como de sus ramificaciones cinematográficas (“Evangelion: death and rebirth”, “The end of Evangelion” y la tetralogía “Rebuild of Evangelion” la última entrega la cual aun está en proceso de producción). El segundo, director de la estupenda “El hundimiento de Japón” (una de las mejores películas de catástrofes del nuevo siglo) y de las dos entregas del mediocre y vergonzoso live-action de “Shingeki no Kyojin”, así como experto en efectos especiales.
Viendo la película resulta evidente que Anno fue quien llevó la voz cantante en cuanto al guión (que escribió él), así como en la narrativa, el estilo y la planificación visual, y Higuchi llevó más el tratamiento y planificación de los efectos especiales y las escenas de catástrofes (en lo que tiene más experiencia). Se nota muchísimo, pero muchísimo, el estilo y hacer de Anno. Hay muchos momentos que no sólo recuerdan a “Evangelion” sino que incluso parecen un live-action de “Evangelion”, lo que me parece estupendísimo, ninguna queja en cuanto a eso. La personalidad artística de Anno, su estilo de hacer, se percibe a lo largo de la película, tanto en el montaje como en los valores de plano, en el desarrollo de la historia, en la construcción de personajes... Eso está muy bien, Anno dota a “Shin Godzilla” de su propio estilo sin que la película deje de tener esa personalidad de película japonesa sobre Godzilla. “Shin Godzilla”, sin dejar de ser un producto ya determinado por una saga muy popular y muy explotada a lo largo de décadas, es una película cien por cien Hideaki Anno.
Higuchi también aporta su hacer en la película. Resulta imposible no ver en las escenas de catástrofe y destrucción de “Shin Godzilla” una poscursión del buen trabajo que ya hizo Higuchi en “El hundimiento de Japón”, e incluso también en el live-action de “Shingeki no Kyojin”, en cuanto a lo referente a los efectos especiales y a las escenas de catástrofe y destrucción. Eso es algo que Higuchi lo sabe hacer muy bien, lo sabe hacer con un estilo propio suyo, y en esta película lo trabaja muy bien. También es cierto que el hecho de que la película hubiera dispuesto de una presupuesto de 64 millones de dólares (lo que convierte a “Shin Godzilla” en la película más costosa del cine japonés) ayuda a que la labor de Higuchi esté más y mejor conseguida de lo que ha estado en otros trabajos.
El segundo motivo por el que éste “Shin Godzilla” acaba por ser una propuesta destacable es por el contraste con los inicios de Godzilla. La primera película de Godzilla, al primera de todas, la original japonesa, es del año 1954, y mostraba al monstruo éste, Godzilla, destruyéndolo todo en Japón. En esta primera película, de 1954, Godzilla era una mutación bestial resultado de la radiación que provocaron las explosiones de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki así como las pruebas nucleares que Estados Unidos realizó en el Pacífico. La radiación resultante de tantas explosiones nucleares hizo evolucionar un ser de una especie reptil hasta convertirlo en un monstruo gigantesco que viene a Japón a destruirlo todo.
Eso lo copiaron muy bien en una película de serie B de 1957, “20 million miles to Earth”, en dónde un cohete especial estadounidense procedente del planeta Venus en misión de exploración se estrella en el mar delante de la costa siciliana. De la nave sale un ser vivo que se trajeron de Venus y que, por la diferencia de la radiación solar de la Tierra con respecto a la que hay en Venus, incremente exponencialmente de tamaño. Godzilla bebe de King Kong pero a la vez Godzilla sirvió de base para otras propuestas, así Godzilla no sólo es consecuencia de sino también origen de.
El caso es que el “Godzilla” de 1954 era una clarísima crítica a la fabricación y a la utilización de armamento nuclear, el monstruo de Godzilla era una clara alegoría a la bomba atómica, Godzilla representaba lo que para los japoneses era la bomba atómica, una creación de los humanos que estos son incapaces de controlar y que empieza a destruirlo todo, destruye las ciudades. Claro, sólo nueves años antes los japoneses sufrieron los bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki, estaban todavía traumatizados como sociedad, sólo el año pasado había terminado la guerra de Corea, que les quedaba muy cerca, y encima había empezado la guerra fría entre las dos mayores superpotencias ambas con armamento nuclear. Los japoneses pues no tenían poco miedo y “Godzilla” era una manera de exorcizar ese miedo.
“Shin Godzilla”, que es un reboot, cambia un poco de mensaje, del mismo modo que lo hacía el remake de “Ultimátum a la Tierra” con respecto al original. Si las explosiones atómicas de Hiroshima y Nagasaki fueron el pretexto para el “Godzilla” de 1954, en “Shin Godzilla” el pretexto es la fuga de la central nuclear de Fukushima en 2011 como consecuencia de un terremoto, es decir, el uso de la energía nuclear. “Shin Godzilla” viene a decir que la energía nuclear es demasiado peligrosa, inestable e imprevisible como para poder ser trabajada de forma segura por muchos controles y muchas medidas de seguridad que se tomen. En el “Godzilla” de 1954 el peligro que representaba Godzilla era el armamento nuclear, y en “Shin Godzilla” el peligro que representa Godzilla es el uso general de la energía nuclear, sea para fines armamentísticos o energéticos. Está muy bien ese leve cambio en el mensaje que había en la película original por uno más actual, un mensaje coherente con los sucesos más recientes, eso posibilita que el reboot muestre algo nuevo a parte de mejoras técnicas.
En tercer lugar cabe mencionar que en esta película Hideaki Anno, como ya hiciera Bong Joon-ho con “The host”, construye una historia de monstruo grande que asesina y destruye todo cuanto se encuentra a su paso, mil veces explotada en el cine (como la anteriormente mencionada “20 million miles to Earth”), como pretexto para hacer críticas muy puñeteras. No sólo a la excesiva burocracia en Japón, sino también a las negligentes actuaciones de los políticos cuando sucede una catástrofe (no es difícil comparar el primer ataque de Godzilla con el tsunami que provocó el terremoto en 2011). Anno también critica muy duramente la pérdida de soberanía que sufre Japón por una insolente intromisión de Estados Unidos en los asuntos de Japón, y especialmente en éste tema hace una crítica con muy mala leche, un atrevimiento que se agradece. Hideaki Anno no llega a ser tan crítico como Bong Joon-ho, pero tampoco está muy lejos de llegar a serlo, “Shin Godzilla” es una buena muestra de que Anno no se reprime a la hora de hacer crítica, y la hace bien, está bien introducida en la historia y no resulta forzada.
También resulta evidente en la película que Anno apuesta por los jóvenes como la generación que no sólo debe sino que puede construir un futuro mejor para Japón, y que no deben verse limitados ni inhibidos por los mayores. Al ser una generación con más y mayor experiencia es normal que los mayores crean que saben cómo es mejor que se hagan las cosas, pero esa experiencia queda descompensada por una prudencia excesiva y un modo de ser demasiado formal, y eso precisamente es un muy posible obstáculo para que Japón pueda tener un futuro mejor, obstáculo que también sufre una generación joven con una capacidad de actuación menos reflexiva pero más eficaz, atrevida y enérgica, que es lo que se necesita para construir un futuro mejor para Japón. Sorprende un poco esta mirada por parte de alguien de 56 años, es decir, que es de la generación de los mayores, pero aún así Anno muestra una mayor identificación con la generación joven, algo que se puede constatar viendo todos sus trabajos.
Las actuaciones están bien, los actores hacen un buen trabajo, sobretodo Hiroki Hasegawa, Satomi Ishihara y Jun Kunimura, éste último un lujazo de actor. En cuanto a Godzilla el diseño está bien, es un buen diseño y el monstruo está bien hecho; no busca ser un diseño realista como el Godzilla de Gareth Edwards, busca más bien evocar a los Godzillas hechos artesanalmente, el Godzilla de “Shin Godzilla” personalmente me convence y lo compro.
La película está bien pero no se libra de tener defectos que podría haber evitado. Se hecha en falta, por ejemplo, protagonistas que fueran civiles y no que todos fueran políticos y militares de las altas esferas, que hubiera más variedad en el protagonismo coral; llega un punto que más que haber un poco de política en una película sobre Godzilla hay un poco de Godzilla en “House of Cards”. Un poco más de Godzilla también hubiera mejorado la película, está muy bien Godzilla en la película pero sabe a poco, está tan bien que quieres más, es un plato que está tan bueno que descompensa significativamente que te hayan dado poco, te deja con hambre, con buen sabor de boca pero con hambre. Y el trabajo musical no está mal, no está mal, pero de una compositor como Shiro Sagisu se esperaba una composición más emocional y más memorable.
En su conjunto “Shin Godzilla”, a pesar de sus defectos, que los tiene, termina por ser no sólo una buena película sino una buena película de Godzilla, es una película que se puede disfrutar de su visionado (sabiendo de antemano lo que se va a ver, una película japonesa protagonizada por japoneses que se comportan y actúan como lo hacen los japoneses cultural y socialmente, que nadie espere una americanada como la de Edwards), pero que tampoco hay que esperarse de ella una obra maestra de las películas de monstruos como lo fue “The host”, porque no lo es ni pretende serlo, no juega a esa liga.
Lo mejor: La dirección de Hideaki Anno.
Lo peor: Que en la película no actúe Takeshi Kaneshiro.
Mi calificación es: