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jueves, 23 de enero de 2014

CRÍTICA NIGHTWATCH (1997) . POR LAURA OLIVETO

SISTEMA DE CALIFICACIÓN: ☆ MALA BUENA MUY BUENA EXCELENTE



Título original Nightwatch
Traducción La sombra de la noche ó Vigilante nocturno
Año 1997
Duración 101 min.
País Estados Unidos
Director Ole Bornedal
Guión Ole Bornedal, Steven Soderbergh
Música Joachim Holbek
Fotografía Dan Lausten
Reparto Ewan McGregor, Patricia Arquette, Nick Nolte, Josh Brolin, Brad Dourif, Lauren Graham, John C. Reilly
Productora Dimension Films


SINOPSIS
Martin (Ewan McGregor) es un joven estudiante de Derecho que acaba de ser contratado como vigilante nocturno de un hospital y tiene asignado el control del depósito de cadáveres. Éste resulta ser un trabajo bastante deprimente, pero a Martin solamente le importa el dinero que cobrará por aguantar unas cuantas horas sin dormir. La monotonía de su trabajo se verá rota el día en que James (Josh Brolin), su mejor amigo, decide que puede empezar a entretenerse en las largas noches de trabajo. Hasta ese momento, la máxima distracción de Martin era escuchar música con los auriculares hasta que a raíz de unos sucesos algo extraños en sus guardias hacen que la policía que investiga una serie de crímenes comience a sospechar de él.

Esta película, tiene la particularidad de ser una remake que el director Bornedal hizo en base a una de sus propias obras, llevando a la pantalla de los Estados Unidos una versión nueva, que mantenía el argumento de su producción original danesa, pero trabajando con un elenco que incluyó por una lado, actores que ya tenían su lugar en Hollywood, como Nick Nolte, y por otro, jóvenes promesas como Ewan McGregor y Josh Brolin.

Les traigo este film porque, a pesar de no haber tenido un gran impacto comparado con otros de este género, considero que es el buen producto de suspenso, que cuenta una historia de crímenes en un lugar poco usual.



La historia se desarrolla en el sector de morgue de un viejo hospital, un ambiente, que si analizamos films de temáticas policiales, terror y suspenso, podemos decir que generalmente, es en este sitio donde todo termina. Todo lo contrario en esta historia protagonizada por McGregor, donde a partir de su llega al lugar, comienza una serie de hechos perturbadores que cambiarán la vida de su personaje, Martin.

Este guión se propuso contar, sin demasiadas ambiciones, la historia de un hombre común que se ve envuelto de un día para el otro en una serie de hechos criminales que de a poco van afectando su trabajo y vida privada.
El director, teniendo en cuenta la locación principal donde se desarrolla gran parte de la película, no tomó la salida fácil de darle un tono sobrenatural a la historia para generar tensión, por eso no vamos a encontrar cosas como muertos que hablan ni fantasmas perturbados deambulando por los rincones. Así la trama toma fuerza porque se centra en hechos factibles, realizados por personas, con un asesino de carne y hueso.

Si bien, a lo largo de esta historia tenemos varios espacios, generalmente relacionados a la vida cotidiana que desarrolla el personaje de Ewan, el escenario principal son los inquietantes pasillos de la morgue donde trabaja.
Podemos decir que hay un buen manejo del clima, que no es tarea fácil es casos como este, donde es necesario transmitir la sensación de la muerte en primera persona.
La morgue del hospital logra un efecto perturbador por su extremada calma, el manejo del sonido y la iluminación son variables fundamentales en producciones como estas. Es un conjunto de largos pasillos silenciosos que desembocan en grandes cámaras donde el exceso de luz blanca hasta nos da la idea de la baja temperatura del lúgubre y antiguo lugar. Sólo se escuchan los pasos de Martin y el ruido de las llaves mientras hace sus rondas. Todos estos elementos colaboran a transmitir la incomodidad que se va sembrando en Martin a lo largo de la historia al tener que desempeñar esta tarea nada agradable. A pesar de que el joven estudiante trata de sobrellevar las largas noches con música y una actitud relajada, podemos ver como esta buena ambientación, va causando efecto en su personaje. Así, se juega con la idea instalada en el inconsciente colectivo de que el silencio y el vacio de un espacio son más inquietantes que encontrarse con el peligro de frente.
El detalle de que sus rondas sean nocturnas le agrega un toque perverso, donde la oscuridad y soledad que rodean el edificio intentan acentuar la sensación de vulnerabilidad.

Son 101 minutos de buen ritmo, con una equilibrada combinación de elementos clásicos de los films policiales, pero que logra ir un poco más allá gracias a algunas situaciones que rozan el género del terror, pero sin caer de lleno en él en ningún momento.



Podemos ver a lo largo de la historia como la tranquilidad del personaje de McGregor se va consumiendo, tomando un carácter dominado por la preocupación de ver como su vida comienza a ir cuesta abajo, un estado de desconcierto muy bien interpretado por Ewan.

Más allá del buen trabajo del escocés, esta película cuenta con un Nick Nolte que se pone en la piel del detective a cargo de la investigación de los misteriosos asesinatos, con una personalidad inquietante, que acecha al joven vigilante y que por momentos uno no logra descifrar si está concentrado en encontrar al asesino ó si en realidad sabe más de lo que aparenta. Este personaje hace interesante el desarrollo de la investigación hasta el final. Otros personajes interesantes son los interpretados por Josh Brolin y Patricia Arquette, amigo y novia de Martin, su círculo más intimo. Se puede ver la evolución de la relación entre los personajes de Ewan y Josh, que al principio se muestra como una sólida amistad, que con el transcurso de los crímenes y la paranoia del joven vigilante nocturno empieza a debilitarse, donde la personalidad despreocupada de su amigo James lo hacen sentir inseguro, haciéndole difícil sobrellevar su complicada situación de sospechoso. Al contrario de esto, su novia, el personaje de Patricia, es lo que lo mantiene con los pies en la tierra, aunque inevitablemente, veremos los altos y bajos en su relación, productos de las dudas y desconfianzas que genera la investigación policial.

CONCLUSIÓN
La historia de Bornedal y Soderbergh pone a prueba el temple de un joven que, además de tener que lidiar con un empleo incómodo, como es vigilar una morgue, esta nueva labor, de la noche a la mañana lo deja envuelto en una serie de hechos criminales, involucrándolo a él y a su entorno en un juego de desconfianza y peligro.

Esta película logra un buen clima de suspenso mediante un buen uso de locaciones y el buen desempeño del elenco. El espectador puede disfrutar de un suspenso real, sin exageraciones, en un escenario interesante, que resulta perfecto para contar una trama como esta, porque el lugar en el que, en teoría, nadie puede hacerte daño, puede convertirse en el más peligroso.