[ÚLTIMAS CRÍTICAS] [DRAGSTER-WAVE.BLOGSPOT.COM.AR]

sábado, 9 de enero de 2021

CRÍTICA SHINGEKI NO KYOJIN, PARTE 1 Y 2 (2015), POR ALBERT GRAELLS

SISTEMA DE CALIFICACIÓN: ☆ MALA BUENA MUY BUENA EXCELENTE

Estaba yo el otro día atacando a los titanes cuando de repente me di cuenta que debía escribir la crítica del live-action de “Shingeki no Kyojin”, parte 1 y 2. 

“Shingeki no Kyojin, parte 1 y 2” es el live-action, dividido en dos películas, del homónimo manga escrito e ilustrado por Hajime Isayama, que también tiene una adaptación en forma de magistral serie anime, de la que ya haré la respectiva crítica cuando termine la última temporada. 

La historia del manga se desarrolla en un mundo ficticio donde un día (según cuenta uno de los protagonistas, Armin) aparecieron titanes que devoraron a gran parte de la humanidad. Los titanes son seres humanoides de entre 3 y 15 metros, carentes de inteligencia, y que devoran a los humanos sin motivo aparente, pues pueden sobrevivir perfectamente sin ingerirlos como sustento. 

Al borde de la extinción, y tras tratar sin éxito de derrotar a los titanes, los humanos que quedaban con vida construyeron tres colosales murallas circulares, de más de cincuenta metros de altura, tras las cuales refugiarse, estar a salvo y sobrevivir: Rose, Sina y María, cada una dentro de la otra. En uno de los cuatro anexos de la muralla exterior, María, se encuentra el distrito de Shiganshina, donde, cien años después de la construcción de las murallas, aparece un titan que mide más que estas, y abre un brecha en el muro a través de la cual titanes de menor tamaño entran en la ciudad. 

Los protagonistas son Eren Jaeger, Mikasa Ackerman y Armin Arlert, tres niños que viven en Shiganshina. Cuando los titanes atacan la ciudad, huyen tras la siguiente muralla, pero la madre de Eren es devorada por uno de los titanes, y éste promete venganza y jura exterminar a todos los titanes, por lo cual los tres deciden ingresar en la tropa de reclutas para entrenar y así alistarse en el Cuerpo de Exploración (o Legión de Reconocimiento), una rama del ejército que hace expediciones más allá de los muros para matar titanes. 

Mi reacción al ver el live-action de “Shingeki no Kyojin”

La cuestión de los live-action (adaptación en imagen real de mangas o animes) es un tema polémico, y todas las adaptaciones que se han hecho han tenido resultados muy dispares, desde propuestas muy bien llevadas (“Old Boy”, “Rurouni Kenshin”, “Azumi”, “Battle Royale”, “20th Century Boys”, “Crows”, “Space Battleship Yamato”, “Crying Freeman”, “Battle Angel Alita”), hasta obras insatisfactorias, deficientes o incluso mediocres (“Ghost in the Shell”, “Garo”, “Shinobi”, “Nicky, la aprendiz de bruja”, “Speed Racer”, “Blood: The last vampire”, “Dragonball Evolution”, “Death Note”). 

El manga de “Shingeki no Kyojin” empezó a publicarse en septiembre de 2009 y terminará de publicarse en abril 2021, concluyendo la historia con el número 139 del manga. La publicación tuvo tal éxito desde su comienzo (se vendían y se siguen vendiendo decenas de millones de copias) que sólo dos años después se anunció la producción de una película en imagen real dirigida por Tetsuya Nakashima. Sin embargo, un año después Nakashima abandonaría el proyecto por diferencias creativas con los productores del film. 

Un año más tarde se anunció que la dirección de la película recaería en Shinji Higuchi, quien también se encargaría de los efectos visuales. Higuchi era un reconocido y reputado supervisor de efectos visuales, pero también tenía experiencia en la dirección, pues en 2006 dirigió la superproducción “El hundimiento de Japón”, una de las películas de catástrofes más interesantes en lo que llevamos de siglo, y en la que también demostró su extraordinario dominio de los efectos visuales. Debido a su experiencia en el campo de los efectos visuales, y habiendo ya dirigido una superproducción, Higuchi parecía una muy buena elección para dejar en sus manos la dirección y supervisión de efectos visuales de una producción de las características de “Shingeki no Kyojin”. 

Un cosplay de 30 € puede hacer que un Armin rubio luzca verosímil,
pero una superproducción de 30 millones de dólares no.

Un año después, se anunció que el manga se adaptaría no en una sino en dos películas de imagen real que se rodarían conjuntamente con un presupuesto de 30 millones de dólares, y que ambas se estrenarían al año siguiente, en 2015. El rodaje se llevó a cabo en verano de 2014 en la isla de Hashima, en la que dos años antes se rodó el film de James Bond “Skyfall” (Sam Mendes, 2012). El actor elegido para interpretar al protagonista fue Haruma Miura, quien murió trágicamente en julio de 2020 a la edad de 30 años. Otros miembros del reparto fueron la texana Kiko Mizuhara, que interpreta a Mikasa Ackerman; Kanata Hongo, que interpreta a Armin Arlert; Satomi Ishihara, que interpreta a Hanji Zoë; Nanami Sakuraba, que interpreta a Sasha; Takahiro Miura, que interpreta a Jean; Hiroki Hasegawa, que interpreta a... bueno, eso vendrá después; y el veterano y extraordinario actor Jun Kunimura (“Kill Bill. volume 1”), que interpreta a... bueno, eso también vendrá después. 

Al estrenarse, las películas fueron destrozadas tanto por la crítica como por los fans del manga y el anime, y debo decir que con razón. Los productores y director de las películas manifestaron no entender las críticas negativas ni el porqué de tan vehemente enfado. Mi humilde persona se presta a ayudar en esta labor de entendimiento, de modo que en esta critica detallaré todos los aspectos de las películas live-action de “Shingeki no Kyojin”, tanto los positivos (pocos, pero los hay) como los negativos (que los hay a patadas, para vender y regalar), y explicaré de forma clara porqué éste live-action fracasa tanto como adaptación como propuesta cinematográfica en sí. 

La película empieza bien, con una animación... que está bien, y con la voz en of de Armin contando el contexto, explicando lo de los titanes y las murallas. Es un buen prologo, breve y conciso. En vez de agobiar con un texto introductorio de muchos párrafos y mucha información, usa una animación sencilla y una voz en of que en pocos segundos informa al espectador de todo lo que necesita saber para entender el contexto. 

Este sí es Jean

Después del prólogo, empieza la historia de la película, a partir del segundo cincuenta, y... ya está, ya la cagaste. Con lo bien que hiciste el prólogo, y te cagas la película en el segundo cincuenta. Ya te vale, Shinji. 

El primer error del live-action es cambiar el ambiente y contexto escenográfico y temporal del manga y el anime. En el manga de “Shingeki no Kyojin” el mundo que se plantea tiene una ambientación de edad moderna, no de era contemporánea. Quitando el equipo de maniobras tridimensional y otras herramientas relacionadas con la lucha contra los titanes, la tecnología del mundo que se plantea es del siglo XVII-XVIII, no más. Se usan caballos y carruajes para viajar, los edificios son de piedra o madera, las ciudades se asemejan a esa época, el vestuario a lo sumo es parecido al de la primera mitad del siglo XIX... El live-action, por el contrario, empieza con Armin trabajando en la GASOLINERA de su padre, tócate los cojo... los titanes. Esperate, porque encima hay edificios de cemento, edificios de bloques de piso, coches (coches como los primeros que se inventaron, pero coches: ruedas, volante, aceite...), camiones blindados, e incluso bombas de aviones y helicópteros, estos dos últimos inutilizados, pero están. No sé, es como si al hacer la serie de “Juego de Tronos” HBO hubiese decidido que en vez de tener una ambientación medieval tuviera un ambientación de principios de siglo XX. 

Entiendo la dificultosa logística de producción de rodar con caballos, y además pasarse semanas enseñando equitación a los actores, y que ahorra más tiempo y dinero usar vehículos comprados por cuatro perras en los vertederos de chatarra, pero entonces no me hagas una adaptación de “Shingeki no Kyojin”. 

Esta sí es Mikasa

Es precisamente encima de una bomba de avión incrustada en la cima de una colina donde vemos por primera vez al protagonista, Eren, en el live-action de “Shingeki no Kyojin”, en el minuto tres de película. Mikasa y Armin se le acercan, y él, para asustarles, se pone a dar saltos encima de la bomba y darle patadas. Mmm... el chico muy inteligente no parece. Una cosa es querer hacerte el chulo, y otra muy distinta es poner en riesgo tu vida y la de tus amigos saltando encima de una bomba y dándole patadas. Vale que a lo mejor la bomba tiene cien años y durante ese tiempo no ha explotado, pero eso no quita que haya que tomar precauciones, que no deja de ser un artefacto explosivo. Yo con algo así no juego ni que tenga un siglo. 

Por cierto, hablando de Armin, y antes de que se me olvide. Eh, vamos a ver. Si un personaje es rubio, házmelo rubio. ¿Qué problema había en que Armin fuera rubio en el live-action? ¿Que no sería creíble un japonés rubio natural? En el live-action hay titanes que se comen a personas y personas que vuelan con espadas, pero no quisieron que Armin fuera rubio, eso hubiera sido demasiado irreal. 

Luego, otro cambio destacable. En el manga, al empezar la historia, Eren y sus amigos tienen diez años, y posteriormente, cuando terminan el entrenamiento, tienen quince años. Aquí ya empiezan, como poco, con 18-19 años, los actores no aparentan menos, y de hecho los protagonistas incluso trabajan. 

A ver, entiendo que logísticamente es complicado y laborioso rodar con niños y adolescentes, hay una restricción horaria en la que pueden trabajar, y además sólo cuando no están estudiando en el colegio o en el instituto. Las limitaciones son destacables, pero se puede hacer, es posible hacerlo, hay niños y adolescentes actores. Entonces ¿pa qué me cambias la edad de los protagonistas? Si precisamente la gracia está en que los personajes maduren. En el live-action ya están maduros. 


Aprovecho para remarcar otro de los defectos, y uno de los más importantes, de éste live-action. La historia. El live-action de “Shingeki no Kyojin” no adapta la historia del manga sino que se la inventa. Conserva los nombres del algunos personajes, y adapta fielmente un par de momentos, así como el contexto (más o menos), pero el resto se lo inventa. Al principio no se nota mucho, dejando de lado la ambientación escenográfica, temporal y tecnológica, pero a medida que avanza la película te das cuenta que la historia no tiene casi nada que ver con la del manga. 

Eso es muy frustrante, porque no te dan aquello por lo que has pagado y has dedicando tres horas de tu tiempo. Es como si al adaptar “Harry Potter y la piedra filosofal” en la película no hubiera piedra filosofal, se ambientara en Estados Unidos en los años 50, Harry tuviera 17 años y se hiciera amigo de Draco Malfoy, la mitad de los personajes no aparecen, y Lord Voldemort en realidad fuera Albus Dumbledore. Si yo hubiese visto esto cuando fui a ver “Harry Potter y la piedra filosofal” en el cine, después de haberme leído la novela, me hubiese cagado en el director, en el guionista, en los productores, y en la madre y los muertos de cada uno de ellos, y con razón. 

Eren, Mikasa y Armin se acercan a la muralla María para verla más de cerca (la muralla, por cierto, no es de piedra, sino de cemento y hierro), y entonces Mikasa estornuda, y Eren le pone su bufanda roja. A ver, aquí hay varias cosas. Primero, frío no hace. Mikasa ha estornudado por la mierda que hay acumulada a los pies de la muralla (polvo, basura, chatarra, vegetación), no porque tenga frío, entonces no tiene sentido que Eren se quite su bufanda y se la ponga ella, en todo caso que la aleje de la muralla. Segundo, en el manga la bufanda roja es el símbolo de la dependencia emocional de Mikasa con Eren, pues la rescató de unos criminales que mataron a sus padres y la secuestraron, y entonces le puso su bufanda para consolarla y protegerla. En el live-action se pierde esa simbología, Eren le pone su bufanda a Mikasa porque cree que tiene frío, y ya está; en la película la bufanda roja es sólo una bufanda, está carente de significado. 


En ese momento y lugar interviene otro personaje, un capitán de las Tropas de Guarnición, Souda, interpretado por Pierre Taki, que sermonea a los protagonistas por entrar en zona prohibida. Vale, aquí aprovecho para hablar de otro grandísimo error del live-action, que es inventarse personajes que no salen en el manga para unificar en él varios personajes que sí salen en el manga. Es decir, varios personajes del manga, en vez de ponerlos en el live-action, los juntan en un personaje inventado que no sale en el manga. Souda es un ejemplo, y por desgracia no es el único, los hay más y peores. En éste caso Souda es una mezcla de Hannes y Keith Sadis. 

Souda les cuenta a los protagonistas que se está formando un Cuerpo de Exploración para intervenir fuera de las murallas. ¡¿Pero qué me estás kontitan?! Tócate los titanes. ¡Aún no hay Legión de Reconocimiento! Es como si en “Harry Potter y la piedra filosofal” aun estuvieran por construir Hogwarts. Esto es un disparate. 

Después de esto viene la escena en que aparece el titán colosal, abre un brecha en el muro, entran los demás titanes y empiezan a devorar y asplastar a la gente de la ciudad. Y debo decir que esta escena, que dura 14 minutos, me gustó y me disgustó a partes iguales, hay cosas que funcionan y cosas que no. Los efectos visuales me gustaron mucho, me dejaron bastante satisfecho, al menos en lo referente a los titanes, y funciona porque los titanes, exceptuando el colosal, no están hecho por ordenador, son actores maquillados que, usando trucajes de cámara, maquetas y otros efectos visuales, los han engrandecido de tamaño, y resulta convincente, sobretodo cuando van cogiendo a la gente. Te crees que son titanes, son creíbles. Y además los titanes no son todos de igual tamaño, hay variedad de tamaño, y eso está muy bien, porque hace que te olvides que son efectos visuales. 


La destrucción de la ciudad está muy bien recreada, se nota que el director dirigió una película de catástrofes, visualmente sabe dirigir bien esas escenas. Y también resulta llamativo, y realmente atrevido, la cantidad de gore que hay. Higuchi no escatimó en sangre, las muertes son brutales. 

Sin embargo hay detalles que no me gustaron nada. El titán colosal está recreado digitalmente, y canta bastante. Te descuadra, sobretodo cuando se lo compara con los demás titanes, que son “reales”, y se nota la diferencia. También molesta el comentario de uno de los soldados de las Tropas de Guarnición, que recrimina a Souda el pretender usar los cañones para atacar a los titanes porque no tienen autorización para usar artillería. ¿Cómo? ¿Entonces para qué tienen los cañones? ¿Cuál es su trabajo? ¿Cuál es su protocolo de actuación para detener a lo titanes? 

Los titanes, pese a que se recrea excelentemente su tamaño, tienen dos defectos que me disgustan, pues les quita seriedad y temor a esos seres. El primero es que ríen. El director quizá creyó que el hecho de que rieran los haría más escalofriantes, pero no es así; son titanes, no payasos. El segundo detalle, y más importante, los titanes no tienen un aspecto terrorífico, tienen un tamaño que asusta, es cierto, pero su aspecto en sí no asusta. Lo que hace terroríficos a los titanes en el manga es que tienen un rostro muy grotesco, en el live-action no. En el live-action de “Shingeki no Kyojin”, salvo tres titanes que sí tienen un aspecto grotesco y dan mucha grima, los demás son japoneses con traje de gomaespuma y la cara pintada de gris. Eso no asusta. 

Otra cosa que muestra la película es que los padres de Eren ya están muertos, no es que lo enseñen pero sí lo mencionan, por tanto Eren no ve a su madre ser devorada por un titán, eso lo quitan del manga. Al contrario, en el live-action quien Eren piensa que ha sido devorada por un titán es Mikasa. Otra cosa muy extraña es que, al terminar la escena, parece como si los titanes han desaparecido mágicamente, pues Eren empieza a caminar en medio de las ruinas de la ciudad, en un plano que recuerda mucho al plano de “El pianista” en el que Adrien Brody camina entre las ruinas nevadas de Varsovia, y no se ve a ningún titán ni parece que haya ningún titán que le preste atención. Es algo que descoloca bastante. 


Luego hay una elipsis de dos años en el que vemos que Eren ha ingresado en la Legión de Reconocimiento (es decir, que su entrenamiento, que la película obvia con la elipsis, ha durado dos años, cuando en el manga el entrenamiento dura tres años, y es por un buen motivo), y también se nos cuenta que la brecha en el muro que abrió el titán colosal no fue en el distrito Shiganshina sino en el distrito Monzen ¿Perdona? Ese distrito ni siquiera sale en el manga. Otra cosa que cambian y se inventan para el live-action. ¿Porqué? 

Todo esto lo explica el personaje de Kubal, interpretado por Jun Kunimura. Kubal es otro personaje inventado para el live-action cuya función es reunir en él varios personajes del manga que no salen en la película. En éste caso Kubal es una fusión de hasta cinco personajes: Kitz Weilman, Nile Dok, Dot Pixis, Bertolt Hoover y Darius Zackly. Di que sí. Al menos en esa escena sale un personaje que si respetan del manga, Hange Zoë. 

El personaje de Kubal informa en esa escena (una de esas escenas mal escritas en las que los personaje se dicen información que ellos ya saben para que la sepa el espectador) que, al perder el territorio de la muralla Maria, perdieron todas las tierras de cultivo, y por eso hay escasez de alimentos. ¿Qué? ¿Sólo había agricultura en el territorio de la muralla Maria? ¿Porqué? ¿Cuál es el impedimento de que haya agricultura en los territorio de Rose y Sina? ¿En dos años no han tenido tiempo de implantar la agricultura en esos territorios? Es absurdo. 

Posteriormente se nos presenta a los personajes de Jean (interpretado por Takahiro Miura, que se parece a Jean lo que yo a Chris Evans) y Sasha, a los cuales, al igual que Hange, también respetan en su adaptación del manga, pero sólo muy superficialmente, más bien poco, sobretodo en el caso de Jean. Ni de lejos muestran en el live-action la complejidad y profundidad psicológica y emocional que estos personajes tienen en la obra de Hajime Isayama. 


Varios equipos de soldados y oficiales, en los que se incluye Eren, Armin, Hange, Jean, Sasha, Souda y Kubal, se suben a unos camiones para ir al distrito Monzen y cerrar la brecha del muro María con explosivos y así recuperar el territorio. Salen al anochecer para evitar, en la medida de los posible, combatir contra titanes, pues estos están inactivos por la noche. Pero a las pocas horas han de parar el convoy en las afueras de una ciudad porque varias vacas entorpecen el camino, y bajan de los camiones para vigilar el entorno. Cuando tienen el camino despejado, y los oficiales ordenan a sus subordinados volver a los camiones, una de las soldados oye un llanto aparentemente de bebé en lo que parece una nave industrial. Dicha soldado, como es uno de esos personajes inconcebiblemente estúpidos, que actúan sin ninguna lógica ni sentido común, y sin hacer ni caso de lo que se les pide o se les ordena, va a su bola y entra en la nave, rompiendo la disciplina jerárquica y la cadena de mando, desobedeciendo a su oficial y poniendo en riesgo la vida de sus compañeros sólo porque cree haber oído el llanto de un bebé. No se entiende cómo puede haber sido aceptada en el ejército una persona tan carente de inteligencia e incapaz de entender que no es posible que hay sobrevivido un bebé solo durante dos años en un territorio infestado de titanes. 

Eren sigue a esa idiota para que evite hacer lo que esas personas suelen hacer, una estupidez. Finalmente encuentran el origen del llanto de bebé, que proviene... de un bebé, sí, en efecto, pero un bebé titán. ¿Perdón? ¿A quién se le ocurrió esa idea y cómo llegó a la conclusión que era una buena idea? Otro invento chorra del live-action. El bebé titán empieza a perseguir a Eren y la soldado idiota, y despierta a los demás titanes que hay en la zona, lo cual entra en contradicción con lo que se comenta antes que los titanes son inactivos por la noche. 


Los oficiales que se quedaron en los camiones, incluyendo Kubal y Hange, huyen con los vehículos y ordenan a los reclutan que se escondan en los edificios de la ciudad. Di que sí, eso son buenos oficiales y lo demás son tonterías. Los titanes van cogiendo reclutas y comiéndoselos, incluyendo también al oficial al que la soldado idiota desobedeció. Al final, algunos de sus compañeros acaban siendo devorados por titanes gracias a ella y su soberana estupidez. Pero hay dos cosas que no se entienden. La primera ¿Porqué los soldados no usan su equipo de maniobras tridimensionales para atacar a los titantes? ¿Se han olvidado de su entrenamiento de dos años? Joder, si se acaban de graduar. ¿Y Eren? En el manga, Eren, con quince años, cuando vuelve a ver al titán colosal de sesenta metros, le falta tiempo para enfrentarse a él con el equipo de maniobras. En el live-action Eren, con 20-21 años, ve un bebé titán de tres metros y le falta de tiempo de salir corriendo cagándose en los pantalones. Anda y vete cagar. Y la segunda, ya que huyen y se esconden en los edificios circundantes ¿Porqué no usan el equipo de maniobras para huir y esconderse más rápido, en vez de ponerse a correr siendo presa fácil para los titanes? 

Los reclutas llegan a la ciudad y son acorralados por un enorme titán, pero de repente, en el minuto cincuenta, entra en escena un personaje que usa el equipo de maniobras para matar al titán, y ese personaje es... el capitán Shikishima, interpretado por Hiroki Hasegawa. Sí, en efecto, otro personaje inventado para el live-action cuya función es reunir en él varios personajes del manga que no salen en la película. En éste caso Shikishima es una fusión de Levi Ackerman, Reiner Braun y Zeke Jaeger. A Levi Ackerman, el personaje más popular del manga, se lo sacan de encima, y lo sustituyen por un capullo integral. En serio ¿A quién se le ocurrió esa idea y cómo llegó a la conclusión que era una buena idea? ¿No previeron que los fans iban a rabiar? Sólo por eso el live-action de “Shingeki no Kyojin” ya merece un suspenso. 


De repente aparece otro personaje que, haciendo uso de su equipo de maniobras, ataca otro gigantesco titán, y ese personaje es... ¡Mikasa! Al parecer no fue devorada. A la mañana siguiente, el capitán Shikishima le dice a Eren que Mikasa aprendió a matar titanes porque él la entrenó y le pregunta si quiere aprender también a matar titanes, a lo que Eren responde que sí. Emm... ¿Entonces sobre qué se estuvo entrenando durante dos años? ¿Acaso no entrenaron a los reclutas precisamente para matar titanes? Que me aspen si lo entiendo. 

Más tarde vemos que Mikasa lleva toda el día picada con Eren, desde que le ha vuelto a ver, porque le reprocha haberla abandonado y no haberla salvado de haber sido mordida por un titán. Yo, como espectador, no entiendo ese reproche. Retrocedamos a la escena del ataque de los titanes al distrito como se llame. Eren fue arrastrado por la avalancha de gente hasta el interior de una capilla, y en esa capilla no le dejaban salir para ayudar a Mikasa. Entonces no es que Eren la abandonara, es que simplemente no podía llegar hasta ella, y además ella lo sabe porque lo veía. Pero además, el reproche es doblemente ilógico, incoherente, absurdo y ridículo porque, cuando pudo, ella no hizo nada para evitar ser mordida por el titán. Cuando se le acercó el titán, Mikasa se quedó quieta durante el buen rato que el gigante tardó en llegar hasta ella, cuando perfectamente pudo haber salido corriendo porque ya no había gente en la calle. ¡Haz algo! ¡Muévete! Pues no, se quedó quieta hasta que llegó el titán y le dio el mordisco. ¡Y encima le echa la culpa a Eren! ¡Pero si fue ella la que no hizo nada! Que me aspen si lo entiendo. 

Esperate, que la siguiente escena tiene tela. Por la noche dos de los reclutas, en vez de estar vigilando si se acercan titanes, se ponen a follar. Claro que sí, eso es tener claras las prioridades. Pero hay más, porque esa pareja de reclutas se enrollan aunque saben que les están mirando otros dos reclutas, y esos dos voyeur son Eren y la soldado idiota. Y aquí no termina la cosa, porque la soldado idiota, que además es madre de una niña, se pone a camelarse a Eren para follar con él, y está tan distraída que no se da cuenta que detrás de ella hay un titán, que la coge por las patas y se la come. Volvemos otra vez en la contradicción de que dicen que los titanes están inactivos por la noche pero es la segunda vez que, en vez de atacar de día, atacan de noche. Supongo que a los guionistas les dio pereza ser coherentes consigo mismos. 


A partir de aquí empiezan los últimos 24 minutos de la primera película, que ya están un poco mejor, pero también hay aspectos negativos a destacar. Vemos que la ciudad está infestada de titanes, pero nadie dio el aviso. ¿Nadie les vio venir? No sé, son seres de 15 metros, no pasan desapercibidos precisamente, se les puede ver desde muy lejos. ¿O es que nadie estaba atento? ¿No había nadie vigilando? Vaya negligencia. ¿Y porqué no salieron ya en el convoy para dirigirse al distrito como se llame? No sé, parecían tener mucha prisa para llegar al muro Maria. Entiendo que pernocten en la ciudad de día, pero al hacerse de noche deberían haber salido con el convoy, y sin embargo siguen en la ciudad. ¿Porqué? 

El caso es que los soldados se ven rodeados por los titanes, y entonces los oficiales ordenan que se pongan el equipo de maniobras. ¿Perdón? ¡No llevaban puestos el equipo de maniobras! ¡¿Pero qué disparate es ese?! Es como si unos bomberos esperasen a llegar al incendio para ponerse su equipo. Es absurdo y estúpido. 

Algunos de los reclutas se acuerdan que habían estado dos años entrenándose para algo y usan el equipo de maniobras. Y he de admitir que los momentos de vuelo con el equipo de maniobras están bastante bien resueltos, yo los compro: los efectos visuales de esos momentos, de los soldados volando con el equipo de maniobras, están muy bien conseguidos. 

Cabe añadir que, en estos últimos 24 minutos del film, el director vuelve a alardear de un significativo derroche de sangre y vísceras, y en esto tengo que aplaudirle. En las películas no deberían tener miedo a mostrar la sangre que debe haber en escenas con muertes horribles, y por desgracia hay pocos directores en Hollywood que no censuran hemoglobina, como Ridley Scott en “Black Hawk derribado” o Silvester Stallone en “John Rambo”. De un tiempo a esta parte en las películas de importante producción, como “47 Ronin”, evitan mostrar sangre, aún en los momentos en que debe haberla, para hacerlas más family friendly de cara al público, aún a riesgo de que dichos momentos caigan en lo absurdo. Incluso de “Deadpool 2” sacaron un montaje sin sangre. Deadpool sin sangre, hasta ahí llega la ridiculez. Pero Higuchi no, Higuchi mete sangre cuando debe haberla, sin miedo, y eso es uno de los pocos aspectos positivos del live-action de “Shingeki no Kyojin”. 


La situación empeora. Los oficiales pierden los explosivos que tenían que usar para sellar la brecha del muro Maria, y los soldados caen como moscas, siendo devorados por los titanes. A ver, aquí hay que puntualizar algo. Los protagonistas ven que están perdiendo contra los titanes, que están siendo diezmados, que la mayoría de los soldados están siendo devorados. Sí, claro; porque no usan el equipo de maniobras, y como no lo usan son cogidos por los titanes y estos los devoran. Los que usan el equipo de maniobras no son cogidos ni devorados por los titanes. Es que es de sentido común, es que casi se puede decir que se dejan coger. ¡Haz algo! ¡Muévete! Pues no. No se mueven. No parece que se hayan entrenado pa una mierda, y menos durante dos años. 

Pero encima el capitán Shikishima, en vez de ayudar matando titanes, se queda mirando el panorama desde una azotea, y encima criticando a los pocos soldados, como Eren, que sí atacan a los titanes. ¡Haz algo! ¡Muévete! Pues no. No se mueve. Mucha fama de haber matado a muchos titanes, pero sólo actúa cuando hay un titán, y cuando hay muchos titanes entonces se los deja a los reclutas. Hay que tener mucha jeta. Pero encima, cuando Eren pierde una pierna, Shikishima, en vez de ayudar, se las pira. Joder, que falta de empatía. 

Pero no es el único. Mikasa ve a Eren tirado en una azotea, ensangrentado, sin una pierna... ¡Y se va! ¡Lo deja tirado! Indefenso. A merced de los titanes. Qué hija de puta. Yo alucino. Me parece una falta de respeto que lo flipas. Es incomprensible e irracional el odio que le tiene a Eren. Y ese es otro de los aspectos negativos del live-action, que cambia la relación entre personajes. En el manga Mikasa siente devoción por Eren, en el live-action parece que se reprima las ganas de matarlo. Ese cambio de relación no sólo no tiene razón de ser, sino que ni siquiera tiene justificación. No hay ningún motivo por el que Mikasa odie a Eren. 


A diferencia de la z---- de Mikasa, Eren, a pesar de faltarle una pierna y tener el cuerpo machacado, hace más que Mikasa y Shikishima juntos, y salva a Armin de ser devorado por un titán, pero al precio de ser él a quien el titán devora. Cuando Armin le dice que Eren ha sido devorado, Mikasa se pone en plan vengator kamikase. ¿Perdona? ¡Pero si has sido tú quien lo ha dejado tirado! ¿Cómo se puede ser tan hipócrita? Pero esperate, porque cuando Mikasa está a punto de atacar a un titán desde el suelo, con el equipo de maniobras inutilizado y sin espadas, vemos que tiene enrollada en el brazo derecho la bufanda que le puso Eren. ¿Cómo? Me he perdido. ¿Llevas contigo durante dos años la bufanda de alguien que odias tan profundamente como para dejar que sea devorado por un titán? Que me aspen si lo entiendo. 

De repente aparece un titan, el titán de ataque, que empieza a atacar a los demás titanes y matarlos. Y la película termina descubriéndose que éste titán de ataque es Eren, que se puede transformar en titán. Y debo decir que el titán de Eren está muy bien conseguido, sobretodo porque no está hecho digitalmente sino con maquillaje. De hecho, el titán de ataque es, de lejos, el titán mejor conseguido del live-action. 

La segunda parte del live-action empieza con un resumen de cinco minutos de la primera parte. La escena siguiente hace que la película parezca una de las películas de Spiderman protagonizadas por Andrew Garfield, pues vemos un flashback del padre de Eren inyectándole un suero a su hijo cuando era pequeño, en un sótano en el que entran también la madre de Eren... y Souda. La madre de Eren discute con su marido por haberle inyectado el suero a su hijo cuando de repente llaman a la puerta. Souda coge a Eren y ambos se esconden detrás de una falsa pared justo cuando entran unos hombres de negro y Kubal, que se llevan detenidos a los padres de Eren y queman el lugar. 


Volvemos al presente, donde Eren despierta atado de pies y manos. Está en un parque infantil, con los escasos supervivientes del anterior ataque de los titanes (salvo el capitán Shikishima), entre ellos los soldados de la policía militar, que le apuntan con fusiles. Kubal quiere ejecutar a Eren, pues le acusa de ser el enemigo al ser un titán. Armin sale en su defensa, y le pide a Mikasa que diga algo también en defensa de Eren, pero la tía se queda callada. ¡Haz algo! ¡Muévete! Pues no, la tía no dice una palabra en favor de Eren. La chica tiene un cacao mental incomprensible. 

Souda interviene en favor de Eren, e iba a decir algo que demostraría su inocencia cuando Kubal lo mata indiscriminadamente. Pero antes de morir, Souda le dice a Eren que fue Kubal quien mató a sus padres. Y justo cuando Eren iba a ser fusilado, aparece de repente otro titán, el titán acorazado, que asplasta a Kubal, mata a tantos otros soldados, y se lleva a Eren. Ese momento está muy bien porque podemos ver otra vez mucha sangre y el equipo de maniobras siendo usado. 

En la escena siguiente, ya de día, los poquitos soldados que quedan, entre ellos Armin, Mikasa, Jean, Sasha y Hange, se suben a un camión para ir al distrito de cuyo nombre no me quiero acordar para, una vez allí, usar la bomba sobre la que Eren saltaba al principio de la primera parte con el objetivo de cerrar la brecha en el muro Maria. Y aquí hay tres fallos a destacar. El primero es que para trasladar la bomba hasta el muro dicen que necesitan al titán de Eren, pero se van directamente al muro Maria sin antes buscarle, suponen gratuitamente que lo encontrarán en el distrito como se llame. El segundo es que nadie pregunta por el capitán Shikishima, ni siquiera Mikasa, pese a que se insinúa que se lo tira. ¿Nadie le echa de menos? ¿Nadie se pregunta dónde está ni que ha pasado con él? No se lo preguntan ni siquiera Armin y Hange, que son los más inteligentes del grupo. Y a ver, es que ni siquiera suponen ni sospechan lo más evidente. Descubren que hay humanos que se pueden transformar en titanes, y justo cuando el capitán Shikishima es el único que falta aparece el titán acorazado. No hay que ser muy listo para sumar dos más dos y que te dé cuatro. Y tercero, viajan de día pese a que antes lo hacían por la noche precisamente porque, según ellos, los titanes están inactivos por la noche, pese a que por dos veces los titanes les atacaron de noche. 


El grupo llega con el camión a la colina donde está la bomba en apenas unas horas. ¿Cómo? Del muro Rose a la ciudad donde pararon y les atacaron los titanes (dos veces) tardaron ¿cuánto? ¿Seis horas? Y de esa ciudad al muro Maria tardan ¿cuánto? ¿Otras seis horas? ¿Entre el muro Rose y el muro Maria sólo hay medio día de viaje? ¿Pero qué disparate es ese? En el manga la distancia entre el muro Rose y el muro Maria es de, como poco, cien kilómetros. En el live-action no parece que haya ni treinta kilómetros. 

Pero esperate, porque cerca de la colina divisan unos cuantos titanes, pero estos, en vez de ir a por Armin y compañía, se mantienen inactivos, sin moverse. Pero vamos a ver. ¿Los titanes están inactivos de noche o de día? ¿Si se ve que de día no actúan, porque el convoy viajaba de noche? Joder, que se aclaren. 

Al mismo tiempo, en una escena en la que Higuchi homenajea “Matrix reloaded” y “2001: Una odisea del espacio”, Eren despierta en una habitación blanca y onírica en la que también está el capitán Shikishima, que le cuenta no sólo que son hermanastros, sino que el origen de los titanes fue un virus que se inventó con finalidades militares, que el virus se expandió y empezó a convertir a la mayoría de personas en titanes que devoraban a las personas que no se convertían, y que el inventor del virus fue el padre de ambos, que además les inyectó a los dos ese mismo virus que les permitía convertirse en titanes y de paso hacerles inmortales. ¿Cómo, cómo, cómo? A ver. Primero, éste origen de los titanes es otro cambio del live-action, porque en el manga el origen no ese. Luego, lo de la inmortalidad es otro invento, porque en el manga el titán de ataque y el titán acorazado son dos de los nueve titanes cuyo poder conllevaba la maldición de los trece años, es decir, que quien recibiera el poder de uno de esos nueve titanes sólo le quedaban trece años de vida, no se volvía inmortal como se han inventado para el live-action. Además ¿Cómo pudo el padre de Eren inventar el virus que originó lo de los titanes si, según el propio live-action, los titanes aparecieron hace cien años? ¿Acaso el padre de Eren tenía más cien años? Y cuando en el flashback del principio de la segunda parte el padre de Eren le inocula a éste el virus, lo que debería haber ocurrido, además según la propia película, es que inmediatamente Eren se convirtiera en Titán y devorara a su padre, como sí ocurre precisamente en el manga. ¿Y porqué el padre de Eren y Shikishima inoculó a sus hijos el virus de los titanes? ¿Con qué finalidad? No se explica.


Eren (que en ningún momento ha preguntado por sus amigos y compañeros) y Shikishima salen al exterior subiendo unas escaleras y... ¡Se encuentran justo delante de muro! ¡En el distrito cómo se llame! ¡What the fuck! ¿¡Qué hace una habitación onírica de la programación de matrix justo debajo del muro justo en el distrito cómo se llame?! ¿Y cómo sabía Shikishima que existía esa habitación y que estaba exactamente en ese lugar? Pero eso no es todo, porque cuando salen al exterior Eren ve a unos hombres armados que, al parecer, están a las órdenes de Shikishima, pero van armados con lanzagranadas y metralletas. ¡Y un tanque! Eso ya es demasiado para mi cabeza, yo no doy para tanto. 

Lo que viene ahora... vamos por partes, como decía el Jack el destripador. Armin, Mikasa y los demás llegan a la colina donde está la bomba, la desincrustan, la suben al camión y la llevan hasta el distrito, donde son detenidos y acorralados por Shikishima y sus hombres, quien les dice que se queda la bomba para, con ella, abrir una brecha en el muro Rose, entren los titanes, el gobierno acabe con los titanes, y luego él y sus hombres acaben con el gobierno y se conviertan en los nuevos gobernantes. Vale, emm... varias cosas. Primero ¿para qué necesita la bomba? No sé, tiene un tanque, tiene lanzagranadas, y además es el titán acorazado. No necesita un bomba para abrir una brecha en el muro Rose, puede hacerlo él mismo. Segundo, en el caso que necesitase la bomba, que no la necesita, pero supongamos. ¿Porqué no la cogió él? No sé, es el titán acorazado. Tercero, si quiere abrir una brecha en el muro Rose ¿Porqué ha esperado hasta éste momento? ¿Porqué no lo ha hecho antes? Cuarto, su plan estaría muy bien si no fuese por un pequeño defecto, que es una mierda. ¿Cómo pretende que el gobierno derrote a los titanes si él se ha cargado a la mitad de los soldados, y otros titanes se han cargado a la otra mitad? Y en el caso de que aún hayan más soldados dentro del muro Rose, si más de la mitad que viajaban en el convoy fueron devorados por unos cuantos titanes ¿qué le hace pensar que los soldados que están dentro del muro Rose serán más efectivos contra una cantidad de titanes que él mismo reconoce es inagotable? Y aún suponiendo en la imposible posibilidad de que el gobierno finalmente acabe con todos lo titanes y ellos acaben con el gobierno. ¿A quienes gobernarán? Si no quedará nadie. 


Como Eren no está de acuerdo con el plan, se pelea con Shikishima, que le da una paliza. Mientras Shikishima y sus hombres están distraídos con Eren, uno de los reclutas se sacrifica para derribar un torre encima del tanque para que Eren y sus compañeros puedan escapar con el camión y la bomba. Noble sacrificio, si no fuese porque ese recluta le dio igual que Hange hubiera sido encerrada en el tanque, y al derribar la torre sobre el tanque la mata. 

Todos los hombres de Shikishima mueren cuando explota el tanque, pero él no, y se transforma en el titán acorazado para matar a Armin y compañía y quedarse con la bomba. Para evitarlo, Eren se transforma en el titán de ataque, y ambos titanes tienen una pelea bastante sosa y no muy bien rodada. Mientras Eri y Shiki pelean, vemos que Hange... ¡Está viva! Venga ya, eso sí es inverosímil y no que Armin fuera rubio. El tanque había explorado después de que una torre cayera encima y lo asplastara. ¿Y pretenden hacernos creer que Hange sobrevivió a eso? Mira, de verdad, eh... no. 

El titán de Eren termina venciendo al de su hermanastro, y con su cuerpo de titán coge la bomba y la lleva a lo alto del muro para que explote y así la parte de arriba del muro caiga tapando la brecha. Sacan a Eren de su cuerpo de titán y programan la bomba para que explote en cinco minutos, y todo parece ir bien y que no va a haber más obstáculos cuando de repente... ¡aparece Kubal! ¡También estaba vivo! No sólo eso, sino que les confiesa a Eren y compañía que él es el titán colosal, y que no piensa permitir que activen la bomba para que cierren la brecha, y que no quiere que la humanidad salga de los muros sino que viva dentro de ellos por siempre. Eso ya es demasiado para mi cabeza, yo no doy para tanto. 


A ver, que aquí hay mucha tela que cortar. Primero, que por mucho que se transforme en titán... bueno, primero de todo. ¿Porqué se puede transformar en titán? Supongo que tiene el virus. ¿Porqué tiene el virus? ¿Quién se lo inyectó? ¿Se lo inyectó él mismo? ¿De dónde sacó el virus? ¿Del sótano del padre de Eren? ¿Se inyectó el virus entonces? No se explica. Luego, que el virus hace que no pueda morir de viejo no quiere decir que no pueda ser asesinado. Si una roca te asplasta, como le pasó a Kubal antes, y te deja el cuerpo hecho papilla, mueres al instante, no hay nada que regenerar. Tercero, supongamos que puede hacer como Reiner en el manga y transfirió su consciencia a los pies antes que la roca asplastara el resto de su cuerpo, supongamos esa improbabilidad e imposibilidad; seguiría estando asplastado. ¿Cómo salió de debajo de esa roca con el cuerpo hecho puré? No se sabe. Quinto ¿Porqué no quiere que la humanidad salga de los muros? Sabemos su objetivo, pero no su motivación. Sexto ¿Si su objetivo es que la humanidad no salga de los muros, porqué abrió precisamente un brecha en el muro hace dos años? Séptimo ¿Si no quiere que se cierre la brecha que él mismo abrió en el muro, porqué dos años después lidera la misión para cerrar la brecha? Octavo ¿Si la cuestión es que haya una brecha en el muro, qué más le da que cierren la que él abrió? Siendo el titán colosal puede abrir todas las brechas que quiera donde le dé la gana. ¿Porqué se complica la vida? Noveno. ¿Porqué Kubal, Eren y Shikishima pueden transformarse en titanes, controlarlos, y volver a ser humanos? Tampoco se explica. Y bueno, no sigo porque, de verdad... 

Kubal se transforma en titán colosal para sacar la bomba del muro, y los demás usan el equipo de maniobras para atacarle. Pero el titán colosal es demasiado grande y fuerte, ha desconectado el mecanismo que iba a hacer estallar la bomba, mata a Jean y coge a Eren para devorarlo. Todo parece perdido, pero de repente aparece el capitán capullo, que, cambiando de idea gratuitamente, decide sacrificarse para salvar a Eren y a la humanidad, cogiendo la bomba y metiéndosela por la boca al titán colosal, muriendo tanto Kubal como capitán capullo, y la brecha siendo cerrada con los escombros de la parte de arriba del muro. La película termina “felizmente”, con Eren y Mikasa viendo juntos el océano desde lo alto del muro, y olvidando que sigue habiendo millones de titanes fuera de las murallas. 


Como ya he comentado antes, y haciendo retrospectiva, el live-action de “Shingeki no Kyojin” fracasa tanto como adaptación como película en sí. Y uno de los más grandes fallos que la hacen una mala adaptación es que pretendieron contar toda la historia de los 139 números del manga en sólo dos películas de hora y media cada una, y como no podían hacerlo siendo fieles a las tramas de la historia pues los guionistas prefiriendo inventárselas. Podían haber sido perfectamente fieles al manga si no se hubieran empeñado en abarcarlo todo. En dos películas de dos horas cada una podían haber adaptado muy fielmente hasta el número 33 del manga, como hizo el anime en su primera temporada, y los fans lo hubieran agradecido. Y para un proyecto de la envergadura de “Shingeki no Kyojin”, para una adaptación fiel, deberían haberse gastado por lo menos el doble de lo que invirtieron, como poco. 

Lo que hacen con los personajes en la adaptación es una vergüenza. No sólo unifican varios personajes muy importante del manga en un personaje inventado, sino que tantos otros ni siquiera salen: ni Annie, ni Marco, ni Connie, ni Historia, ni Ymir, ni Erwin... Los personajes que sí salen tampoco es que estén bien tratados. Para mí, Jean es el segundo mejor personaje del manga, y sin embargo en el live-action lo desaprovechan de manera vergonzosa. 

Lo que diferencia a un buen live-action de una mala adaptación no sólo es la fidelidad a la historia, contexto, ambientación y atmósfera de la obra en la que se basa. También resulta necesario evitar, o al menos cambiar, ciertos aspectos que en el manga o en el anime quedan bien, pero que trasladados a la imagen real lucen ridículos y espantosos. El director del live-action de “Shingeki no Kyojin”, Shinji Higuchi, no lo tenía difícil, pues la serie anime es bastante seria y no da lugar a situaciones cómicas/sexuales que estuvieran fuera de lugar. Pues Higuchi, por algún motivo que escapa a la razón, añade en el live-action dichas situaciones que el anime acertadamente evitó, lo que resta seriedad a la película y dificulta que se la pueda tomar en serio. Si Higuchi quería que el live-action tuviera sexo, no necesitaba meter chicas mostrando trasero con descaro, ya hace suficiente follándose el manga. 


Resulta incomprensible cómo Higuchi pudo haber tomado decisiones tan erróneas en ésta película, no sólo añadiendo escenas cómicas y sexuales que están totalmente fuera de lugar, sino cambiando la historia, el contexto, la ambientación y la atmósfera de la serie anime. Es decir, quitar o cambiar todo lo que hacía bueno y genial la serie anime. 

La fotografía no es que esté mal, pero tampoco está bien, y la noche americana canta muchísimo. Y la música es horrible. Al menos deberían haber puesto la música del anime, adaptándola un poco, pero que pusieran la del anime. 

Es imposible entender lo que ha hecho Higuchi con “Shingeki no Kyojin” y porqué lo hizo. La serie anime es impresionante, espectacular, fabulosa, genial, buenísima, una pasada. No había que cambiar nada, estaba todo muy bien, simplemente sólo había que hacer lo que hizo Zack Snyder con “Watchmen”, una adaptación en imagen real directamente tal como estaba en la obra original, haciendo sólo los cambios necesarios para evitar la ridiculez. Sin embargo, en el live-action de “Shingeki no Kyojin” parece que todos los responsables pusieran su empeño en destrozar la obra original, y no contentos con eso se esforzaron en que el lamentable resultado tuviera un ritmo tedioso y aburriera exasperantemente. Por no hablar del guión, que está más lleno de agujeros que una esponja. 


Aun así debo admitir que la película tiene aspectos positivos. No sólo los que he comentado, también otros, como el vestuario, que encuentro está muy bien tratado, y algunos de los actores, que lo hacen bien. El actor que hace de Eren, Haruma Miura, la verdad es que mal no lo hace, y lo lamenté mucho cuando supe lo de su trágico fallecimiento. Kiko Mizuhara, que hace de Mikasa, está más bien sosa, pero Kanata Hongo se ve que intenta hacer suyo el personaje de Armin, aunque eso no quiere decir que lo consiga del todo. Satomi Ishihara tampoco lo hace mal como Hange, pero podría haber estado mejor si su personaje hubiese sido más desarrollado. Jun Kunimura es un pedazo de actor al que no le cuesta nada hacerte un Shekaspeare, y pese a que su personaje inventado es una mierda, él consigue hacer una estupenda actuación. 

En conclusión, el live-action de “Shingeki no Kyojin” se va tan ricamente a la papelera de mi escritorio. Hubiera dirigido una mucho mejor adaptación Timur Bekmambetov, o incluso Robert Zemeckis con la técnica de animación por captura de movimiento. 

Lo mejor: Que no le hayan hecho esto a “Evangelion”. 

Lo peor: Que se lo hayan hecho a “Shingeki no Kyojin”.